Suscríbete a
ABC Premium

organización

El «pavero», el guía de los niños

Son los jóvenes de la hermandad que cuidan de los más pequeños durante el desfile procesional

El «pavero», el guía de los niños valerio merino

r. c. m.

Puede leerse en cualquier diccionario dedicado al conocimiento de la Semana Santa que un «pavero» es el «nombre que recibe el diputado encargado de mantener el orden entre los niños pequeños que figuran en el cortejo como monaguillos».

En cierto modo, es quien mima y ordena el desfile infantil, un tramo que representa, sin ningún miedo al error, el futuro de la cofradía. Las corporaciones de penitencia depositan en ellos toda la confianza y sobre ellos recae la gran responsabilidad de dirigir los pasos de los nazarenos (monaguillos) de menor edad.

María de Paz, de 24 años y hermana de la Sentencia, es precisamente una de las personas en las que la cofradía ha depositado la confianza para desempeñar la función de «pavero» o diputado del sector infantil. Es parte de un equipo que conforman seis personas -todos de una edad muy similar- y que se distribuyen por tramos. Tres de ellos van en con el Señor de la Sentencia y otros tres, entre ellos María de Paz, con la Virgen de Gracia y Amparo.

A esta «pavera» y a sus cinco compañeros de equipo les correspondió ayer la ardua tarea de ordenar y coordinar a los más pequeños, que en el caso de la Sentencia suman alrededor de 130 niños. Esta cifra viene a decir que a cada uno de los seis paveros le corresponden algo más de una veintena de chicos, poco más o menos lo que a un profesor de Primaria en el un colegio.

En el resto de hermandades, los «paveros» son como cualquier otro nazareno. Su hora de llegada es la misma que los otros penitentes, salvo el caso de los niños de esclavina, citados 30 minutos después. María de Paz y su equipo de «paveros» disponen, por tanto, de media hora para ultimar los detalles antes de la llegada de sus niños.

Pero qué es lo más difícil de los quehaceres de un «pavero». María de Paz responde a esta pregunta sin titubeos: «El momento de la Catedral es complicado, porque los niños salen a merendar y cuesta coordinar a las madres, por lo que corremos el riesgo del descontrol». Añade que en la calle de la Feria «también hay dificultades, porque la gente se tira a por las estampitas que llevan los niños como si fuese dinero».

La responsabilidad de un «pavero» no se queda sólo en organizar el cortejo infantil y evitar que el niño se salga de su fila, sino que va más allá. Ellos son quienes resuelven cuantas dudas le surgen a los pequeños. Una de las más usuales es «¿por qué hay que ir a la Catedral?». Ella contesta -adaptando a su lenguaje infantil- que es el «templo mayor de Córdoba y que hay que visitar al Señor, que está en el Sagrario».

El «pavero», el guía de los niños

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación