el rocío
Una devoción más allá de nombres
Numerosos romeros de Córdoba también son miembros de cofradías de penitencia

Córdoba recoge numerosas maneras de vivir la fe. A lo largo de la historia de la ciudad, las cofradías han sabido recoger la devoción de las gentes de la ciudad hacia numerosas advocaciones de vírgenes o cristos. La Semana Santa y sus imágenes, presentes desde hace siglos, y el camino hacia el Rocío, son dos de esas distintas vivencias. A primera vista presentan más de una diferencia entre sí pero el fin es el mismo. Este año, El Rocío acoge en su camino a muchos cordobeses que viven su fervor desde esos dos puntos de vista.
Es algo que ocurre desde hace relativamente poco tiempo. En un pasado reciente, no se concebía que alguien que perteneciera a una cofradía de penitencia que saliera en procesión en Semana Santa pudiera hacerlo, también, de una hermandad de gloria como es la hermandad del Rocío de Córdoba. Gloria y penitencia, dos maneras de proclamar la verdad de Dios que ahora están más unidas que nunca.
Las imágenes, las tallas que han acompañado a los devotos de esta ciudad desde hace siglos son las que recogen la fe de miles de personas. Un sentimiento inabarcable. «Al fin y al cabo, la Virgen es siempre la misma, ¿verdad?», cuenta un hermano rociero que pertenece, a la vez, a varias hermandades de penitencia de la ciudad. «Hay gente a la que le gustan las hermandades de negro, de riguroso silencio, y luego vienen al Rocío y disfrutan como el que más», apunta.
Y es que sin duda hay muchas maneras de vivir la fe y «por suerte en Córdoba hay opciones para todos los gustos». Como explica este romero, la devoción toca a cada persona de una manera. El camino hacia el Rocío es testigo de numerosas muestras de fervor bajo una misma fe.
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