Agricultura
La sequía ahoga al sector ganadero de Córdoba y provoca el cierre de explotaciones
Hay ganaderos que han tenido que sacrificar en torno al 30 por ciento de su cabaña para seguir adelante
La alta factura que ya soportan sigue aumentando por la necesidad de transporte de agua a las granjas
La sequía, los bajos precios y los mayores costes ahogan al cultivo del melón

A mediados de abril la Junta de Andalucía declaró no apta para el consumo humano el agua del embalse de La Colada por su elevado contenido en carbono orgánico total, lo que obligó a suministrar este recurso esencial a la población del Norte de Córdoba (cerca de una treintena de municipios y 80.000 personas) con camiones cisterna.
Las previsiones que maneja la empresa pública Aguas de Córdoba (Emproacsa) es que el agua para consumo humano no volverá hasta dentro de cuatro o hasta seis meses, dado que siguen estudiándose dos sistemas de potabilización para cumplir con los estándares normativos (ósmosis y ultrarrefrigeración). Esto es un horizonte de otoño y casi medio año de corte.
Esta situación y la acuciante falta de lluvias también han tenido consecuencias directas sobre la actividad ganadera, fundamentalmente en el apartado económico por el incremento de los costes derivados del traslado de agua hasta las explotaciones y del mayor gasto en alimentación ante la escasez de pastos en el campo. Una situación que se ha agravado y encuentra ya problemas muy severos.
En un reciente informe de coyuntura de la Delegación Provincial de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural se apunta que «en la comarca de Los Pedroches, el ganado no se puede alimentar del campo, ya que no ha llovido lo suficiente y la hierba y/o el pasto disponible se consumió hace semanas, siendo necesario suministrar agua de bebida en cisternas en muchas explotaciones».
La preocupación entre estos productores es patente como así puso de manifiesto a ABC el director de los servicios ganaderos de Asaja en Córdoba, José Luis Villafuerte. Según afirmó, la situación del sector agropecuario en la parte septentrional de la provincia es «agónica» como consecuencia de «la sequía extrema que llevamos sufriendo desde hace tres años en nuestras granjas».
«En un escenario normal había que recurrir a los pastos cinco o seis meses al año, pero ahora hay que hacerlos los 12 meses»
José Luis Villafuerte
Director de los servicios ganaderos de Asaja
Este experto ejemplificó esta realidad, que calificó de «desastre total», en la ganadería extensiva, en la que los animales «apenas cuenta con alimento en el campo, pese a las lluvias caídas en mayo y en junio, cuyo efecto fue más bien negativo al dañar el poco pasto que había».
Como resultado de esto, los productores se han visto obligados a incrementar sus gastos para dar de comer a sus reses, ya que «en un escenario normal había que recurrir a los pastos cinco o seis meses al año, pero ahora hay que hacerlos los 12 meses y con precios más altos, como es el caso de la paja, cuyo valor de venta se ha triplicado en un año».
«Es verdad que los productos que ofrecen los ganaderos se han encarecido algo, pero esas subidas no compensan ni de lejos el fuerte incremento de los costes», recalcó Villafuerte, quien aseguró que estos factores «están reduciendo el censo de animales y que algunas explotaciones se vean abocadas al cierre».
El gerente de la Ganadería Las Albaidas, Felipe Molina, incidió en la escasez de alimento en el medio natural para los animales debido a la baja pluviometría, que «ha secado los acuíferos con los que contaban muchas explotaciones para abastecerse».
«El aumento de los gastos fruto del mayor consumo de pienso por parte de las reses y del transporte de agua a las granjas, junto al encarecimiento de los carburantes, han causado problemas serios a muchos productores», destacó el responsable de esta firma, que cuenta con cabezas de ovino y de vacuno de carne.
Molina subrayó que esta realidad ha obligado a algunos ganaderos a sacrificar a ejemplares menores productivos para reducir su factura. Según sus cálculos, este censo se ha podido ver menguado en una 30 por ciento, aunque «otros productores, sobre todo aquellos con edades próximas a la jubilación, han echado el cierre a sus explotaciones por la carestía de los costes».
Consumo diario vacuno
Por su parte, el presidente de la Asociación Frisona de Dos Torres, Juan Francisco Sánchez, remarcó que la imposibilidad de aportar recursos hídricos desde el subsuelo, como era habitual en muchas explotaciones de ganado vacuno de leche, debido a la sequía ha provocado que en el último año se haya incrementado especialmente el transporte de agua hasta las granjas, con el consiguiente cargo en las cuentas de los productores, más aún teniendo en cuenta que el consumo medio de una vaca en verano es de unos 150 litros al día. No obstante, en su opinión, esto no va a provocar el cierre de ningún recinto productivo a corto plazo.
Sánchez afirmó que una de las principales reivindicaciones del sector es que las explotaciones reciban agua de la red con la que se suministra a la ciudadanía con infraestructuras que el propio ganadero impulsaría hasta el punto más cercano de abastecimiento.
Asimismo, este dirigente reclama la creación de una mesa del agua del Norte de Córdoba con todas las administraciones a fin de que inviertan en depuradoras que permitan contar con este elemento esencial para la población, en general y la actividad agropecuaria, en particular, entre otros objetivos.
En lo que respecta al ibérico, el gerente de Ibesa, Alfonso Blanco, aseguró a este periódico que el cerdo no precisa de tanta agua como el vacuno, pero sí resaltó los gastos a los que han tenido que hacer frente como consecuencia de la falta de alimento en el campo por la escasez de precipitaciones.
Eso sí, este empresario reveló que las lluvias registradas en mayo y en junio han posibilitado la presencia de más bellota en la dehesa, un elemento esencial para la montanera que se iniciará en otoño.
«El consumo medio de agua de una vaca en verano es de unos 150 litros al día lo que provoca la necesidad de transporte»
Juan Francisco Sánchez
Presidente de la Asociación Frisona de Dos Torres
El último informe de coyuntura de la Delegación Territorial de Agricultura en Córdoba trae consigo una foto de alza en precios más ligera pero constante. Así, el kilo de cordero merino pascual (de menos de 23 kilogramos) se ha pagado esta semana a 3,92 euros.
En el caso de los terneros al destete machos, el kilo también se ha situado en esa misma horquilla con 3,88 euros por cada kilo. Para los añojos, la cotización baja a los 3 euros. Con respeto al ganado porcino, los lechones ibéricos puros y cruzados, han arrojado un valor por kilo de 3,90 euros.
Otro de los frentes abiertos de discordia está en el vigente marco de la PAC 2023-2027. Asaja Córdoba ha denunciado esta semana que el Gobierno de España «ha castigado a Córdoba y Andalucía al reducir las ayudas a los agricultores y ganaderos andaluces en 125 millones de euros en Córdoba y 500 millones de euros en Andalucía, reduciendo con ello considerablemente el colchón que supone la PAC para poder afrontar periodos críticos como el actual». A ello se suma que cultivos como el olivar, el viñedo o los cítricos se quedan, por ahora, fuera de las ayudas previstas por la sequía.
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