CABALCOR

Alejandro Taylor: «La pasión por el caballo va en aumento en América; importamos los Pura Raza»

El ganadero costarricense participa en Cabalcor con su primera yegua, «Tica», después de una década de arduo trabajo para mejorar ejemplares

Taylor, en Caballerizas Reales con su yegua «Tica» VALERIO MERINO

Pilar García-Baquero

14/09/2018
Actualizado 15/09/2018 a las 09:24h.

Alejandro Taylor, de 38 años, es ingeniero pero su pasión por el caballo lo ha llevado a mejorar su yegua «Tica» y alzarse con varios premios oro y plata en los principales concursos internacionales. Este costarricense asegura que el amor por los caballos se lleva en la sangre o no se lleva. Estar en la cuna del caballo de Pura Raza Española (PRE), en Caballerizas dentro de concurso, es como un sueño.

—¿Cómo comenzó a crear la yeguada que trae a Cabalcor?

—Hace unos ocho años comencé haciéndome con algunos ejemplares de la raza Costarricense de Paso y otras Ibero (cruce entre Costarricense de Paso y Pura Raza Española). Y me quedé con estos caballos hasta hace aproximadamente seis años que me pasé al Pura Raza Española. Empecé con una yegua muy mala —para ser sinceros— y poco a poco he ido mejorando. Hace un par de años, me puse en contacto con gente de acá y fue cuando compré mi primera yegua Pura Raza Española, «Tica», al ganadero Miguel Villanueva. Era mi amigo y le puso ese nombre porque precisamente, a las chicas de Costa Rica se les llaman ticas. Ahora tengo tres animales de esta misma ganadería en España.

—¿Cuáles son sus proyectos?

—Competí el año pasado, he competido éste y después de Sicab en Sevilla me llevo a esta campeona para Costa Rica. Y probablemente compita el próximo año con las otras dos que tengo en España.

—¿Resulta gratificante ser ganadero en estos tiempos?

—Estar aquí en Cabalcor es para mí un sueño. Hace seis años era impensable que ganara un concurso, y ya llevamos varias platas y oros. Hay que aprender mucho, esto es muy técnico. Con ayuda de gente buena de España hemos logrado primeros puestos.

—¿Qué diferencias hay en el mundo del caballo entre su país y lo que ve en España?

—La diferencia es que los caballos buenos de allá son buenos pero limitados en cantidad. En este concurso, por ejemplo, en el de potros y potras eran de altísimo nivel; pensé que no sabía cómo me iba a ir pero me fue bien.

—¿Qué afición hay en Latinoamérica?

—En Centroamérica es donde más afición hay. El país que importaba los Pura Raza Españoles era hasta hace unos años Costa Rica. De ahí se compraban e iban hasta Nicaragua o Guatemala. La afición es grande desde hace una o dos décadas para acá. Es impresionante el nivel de afición y de los caballos, sobre todo, los Pura Raza Española en Nicaragua y Guatemala . Los cruces los hacen allá. El enfoque de las razas es muy diferente. Me explico: en el caso del Ibero lo que busca son movimientos muy elevados y contundentes, los que tenemos PRE intentamos apegarnos a los alineamientos que hay aquí, como es la morfología, los movimientos, la funcionalidad, que tienen que ir de la mano de lo que está pasando en España.

—¿España es un referente?

—Los caballos que yo tenía en Costa Rica son buenos, pero para caballos top no puedes quedarte en Costa Rica, hay que dar el salto aquí. Allá llega a ese nivel, el resto tienes que importar animales. Mi compatriota Pilar Chevarría, ha comenzado con sus primeros PRE para su yeguada Las Pilares.

—¿Es caro mantener una ganadería?

—Mantener una ganadería es tan caro como uno quiera. Depende de si alguien quiere tener algo pequeñito para uno; pero si quieres competir a alto nivel sí hay que tocarse el bolsillo. Porque hay muchos detalles y todos tienen su coste. Los caballos tienen que estar muy bien. Bien preparados, tienes que tener el equipo de gente que los cuida y trabaja, si es macho tienes que tener además jinete.

—¿Cómo conoció Cabalcor?

—Vine por primera vez hace tres año. Sabía algo de Cabalcor pero vine sin caballos. Me encantó el lugar, Caballerizas, aún más bello que Córdoba. Esta feria es una de las más importantes de España y del mundo, en un lugar con 500 años de historia.