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RESTAURACIÓN

El alminar de San Juan de Córdoba, una joya excepcional del siglo IX que vuelve a emerger

Las obras impulsadas por los vecinos recuperan un ejemplo casi único de arquitectura emiral

Vista de la zona oriental de la torre alminar de San Juan en Córdoba Valerio Merino

Luis Miranda

En más de mil años no se ha movido del lugar en que se construyó ni ha sufrido ninguna modificación irreversible, pero los cordobeses no la han podido conocer de verdad más que en el momento en que había operarios a su alrededor. En cada actuación, por pequeña que fuese, se desvelaba una parte de su historia y de su valor, pero ahora la torre alminar de San Juan , una de las construcciones íntegras más antiguas de Córdoba, afronta una restauración.

La Asociación Centro Histórico de Córdoba , harta de ver cómo la torre se iba desintegrando y cómo había que colocar redes para evitar que las piedras cayeran sobre los viandantes desde hacía más de veinte años, acaba de conseguir poner de acuerdo a quienes tienen que sufragar las obras que acaban de empezar y que se prolongarán hasta los últimos días de este año. La mayor parte de los 92.000 euros de presupuesto la asumirá la comunidad de las Esclavas del Sagrado Corazón , propietaria del edificio y de la iglesia de San Juan desde el siglo XIX. La asociación ha conseguido además una subvención del Ayuntamiento de 34.000 euros , que se tiene que ejecutar antes del 31 de diciembre.

Colaboración

El Obispado de Córdoba aportará 15.000 y la dirección facultativa, que corre a cargo del arquitecto Francisco Vázquez Teja . La asociación pone 2.800 y la Universidad de Córdoba suma a un arqueólogo, Rafael Blanco , que participa en la investigación y documentación del proyecto, que buscar limpiar y consolidar algo que podría considerarse como un monumento más de Córdoba.

Operarios trabajan en la limpieza y recuperación de la torre alminar de San Juan de Córdoba Valerio Merino

Blanco explicó que la torre de San Juan se construyó como alminar para una mezquita en el siglo IX , con lo que sería, no la más antigua de Córdoba, sino «una de las más antiguas de la Península Ibérica ». Es de época emiral, es decir, anterior al Califato. El arqueólogo señala a las columnas situadas en los arcos superiores de la construcción, y que son de época visigoda .

La torre, de unos diez metros de altura, se construyó en piedra biocalcarenita , la que más fácilmente se puede encontrar en Córdoba, que con todas sus virtudes tienen el inconveniente de su facilidad para disgregarse. Por eso estaba recubierta de mortero . Rafael Blanco llama la atención sobre los arcos de herradura geminados que se sitúan en la zona central. Son los característicos todavía de la época emiral y ya son bicolores, «pero la parte roja es de ladrillo y la amarilla de la misma piedra que el resto de la construcción».

Aspecto de la torre antes de la restauración; en la zona superior, las columnas visigodas Valerio Merino

Tras la conquista cristiana, todo el conjunto se convirtió en la iglesia parroquial de San Juan de los Caballeros y el alminar fue su campanario. Como explicó Rafael Blanco, ya Teodomiro Ramírez de Arellano deslizaba la hipótesis del origen de la construcción, pero no se descubrió hasta 1927, con la obra que dirigió el arquitecto Félix Hernández , restaurador de la Mezquita-Catedral y de Medina Azahara. En ese momento la torre tenía un campanario de los siglos XVII o XVIII , que se retiró del todo. La construcción islámica quedó a la vista, pero eso la hizo más frágil.

El relato del arqueólogo tiene el fondo sonoro de los obreros que retiran las piezas más desintegradas de la piedra, y que caen al suelo como simple arena. En 1996 se desplomó un fragmento considerable al suelo y se optó al año siguiente por la solución de colocar la valla metálica en la zona baja , con fuertes anclajes. No era estético, pero por allí pasaban cada día cientos de personas y los muchos niños del colegio de las Esclavas.

En la torre se integran columnas visigodas que se aprovecharon de alguna construcción anterior

La fase I que acaba de comenzar supondrá limpiar la construcción , consolidarla y restaurarla, y cuando termine, a final de este año, se buscará ayuda para la segunda, que supondrá la actuación en el interior, donde hay una escalera de caracol, y con el proyecto de que se pueda visitar . Será un nuevo paso en la revelación de una de las torres más singulares de Córdoba.

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