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PASARON POR ALLÍ

Arroyo del Moro: otro mercadillo de discurso recurrente

Ambrosio se acerca a los vendedores de las Setas para prometer un centro cívico y el arreglo de la avenida de Trassierra

Isabel Ambrosio, ayer en el mercadillo de las Setas Álvaro Carmona

Irene Contreras

Debe de existir un estudio reservado a los partidos políticos que arroje luz sobre el papel de los mercadillos como caladero de votos en tiempos de elecciones. No se explica de otro modo que cada cuatro años lleguen hasta los puestos de venta ambulante representantes de todo el espectro, folleto electoral en mano, a vender su programa en un contexto a veces amable y a veces hostil , entre pares sueltos de zapatos y flagrantes imitaciones de marcas. El PSOE y su candidata a la reelección, Isabel Ambrosio, repitieron la estrategia de hace unos días en el Marrubial pero esta vez en las Setas . Mismo contexto. Distintos vecinos, distintas promesas.

Recorrió las calles de aquel urbanismo efímero bien rodeada del equipo de su candidatura. Dio abrazos y besos y recibió las atenciones dignas de quien, tras cuatro años como alcaldesa , empieza por fin a ser reconocida por la calle. En este escenario recurrente aprovechó para hacer promesas recurrentes al Distrito Noroeste , donde se comprometió a lo ya comprometido: un centro cívico y la remodelación de la avenida de Trassierra, la misma que no ha remodelado en un mandato completo y que ahora cuenta con una partida presupuestaria con la que hacer frente a las expropiaciones necesarias. También aseguró un nuevo diseño para la Glorieta de las Tres Culturas, frente a la estación, y una actuación en el Parque del Canal participada por los vecinos, aunque estos parecían ayer más interesados en otros asuntos.

Prueba de ello es que, cuando Ambrosio se acercó a uno de los vendedores ambulantes, rodeados ambos de fotógrafos y asesores, éste no le habló de infraestructuras ni de zonas verdes sino de algo más básico: el pan . Le contó que trabajaba mucho y ganaba muy poco, y la alcaldesa y candidata asintió y le brindó su apoyo. Las promesas del PSOE tampoco cambiaron el semblante de dos vecinas que vieron pasar a la regidora ante sí como un tornado. No es que no les gusten sus propuestas, explicaron, ya que «todo lo que sea bueno para el barrio es bien recibido». Pero de Renfe a Noreña , en el entorno de la Ciudad de la Justicia y en la misma plaza donde están ahora, hay un problema que no se ha atajado como es debido: el del aparcamiento en general y el «acoso» de los gorrillas en particular.

Los mercadillos son una Torre de Babel de los barrios. Por eso no sorprendió a la senadora electa María de los Ángeles Luna , que acompañaba a Ambrosio en su ruta, verse increpada por una vecina del Distrito Sur que pedía al PSOE que se pasara de vez en cuando por el Polígono del Guadalquivir . Con la cintura política que otorga el haber recorrido más de un mercadillo y más de dos, Luna atendió y calmó a la ciudadana, que se quejaba amargamente de la suciedad que acumulan los solares vacíos. Entre tanto, el número dos de Ambrosio, Manuel Torralbo, repartía caramelos, chapas e imanes corporativos como si de un paje de los Reyes Magos se tratara, recordando a los vecinos que el domingo 26 «hay que votar».

Y en esa labor siguió afanándose después de que la alcaldable se marchara, dejando tras de sí cruces de miradas y cediendo el ruedo a otro partido, Acción por Córdoba , el proyecto del expopular Ricardo Rojas , cuyos militantes rehicieron el camino de la regidora haciéndose notar «sin fotógrafos ni guardaespaldas ni séquitos».

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