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Callejero

El Ayuntamiento de Córdoba inicia el lunes la restitución de Cruz Conde y Vallellano

Un informe jurídico propone anular el anterior acuerdo tomando por el gobierno de PSOE e IU

El cartel con la nueva nomenclatura de la calle Cruz Conde Valerio Merino

Rafael Ruiz

La Junta de Gobierno Local que se reúne el próximo lunes aprobará el inicio del expediente para que los nombres Foro Romano y avenida del Flamenco se conviertan en un breve paréntesis de la historia reciente de la ciudad. El órgano ejecutivo municipal que preside el alcalde, José María Bellido , y que está compuesto por concejales del PP y Cs, tomará la decisión de abrir el expediente de modificación del nombre de ambas calles para que tengan la nueva denominación de calle Cruz Conde y avenida de Vallellano.

El gobierno municipal aprobará el expediente tras la emisión de un informe de la Asesoría Jurídica municipal, que establece el camino a seguir con el respaldo de los pronunciamientos de los tribunales de justicia, y de la Secretaría General del Pleno. Dichos informes se han producido a raíz de un recurso presentado por las asociaciones de vecinos Centro Histórico y Conde de Vallellano , que reclamaron la extensión administrativa de la sentencia que obligó a modificar el nombre de la plaza de los Derechos Humanos para devolverle su rotulación desde los años ochenta del pasado siglo: plaza de Cañero .

Sin marcha atrás

El informe de la Asesoría Jurídica descarta una marcha atrás para recuperar la actual redenominación y establece un nuevo nombre en el que se elimine la referencia a José Cruz Conde y a Fernando Suárez de Tangil , los dos políticos a los que se le dedicaron las calles. Los abogados municipales dan carta de legalidad a la propuesta realizada por el exedil del PSOE Emilio Aumente , que estableció que esa sería una fórmula para eliminar cualquier significación que pudiera quedar sobre las biografías de ambos políticos con el régimen franquista.

El gobierno municipal adoptó ya una primera medida sobre esta materia en cuanto tomó posesión. Remitió a Urbanismo una providencia para que fuera cambiando los nombres. Tres cuestiones han precipitado los acontecimiento. En primer lugar, el recurso vecinal. En segundo y tercero, sendas sentencias que afirman que el cambio de denominación de la plaza de Cañero y de la calle Cronista Rey Díaz quedan anuladas al no estar suficientemente justificadas. La decisión que tomará el lunes el equipo de gobierno acelera los plazos.

El informe de la Asesoría Jurídica da algunas claves del debate. Afirma, en primer lugar, que el cambio de nombre de una calle es discrecional y solo depende del equipo de gobierno. El problema es que la aplicación de la ley de memoria histórica recorta esa libre voluntad política. En concreto, obliga a ceñirse a parámetros concretos y es que la persona a la que se dedica la calle fuese todo un símbolo de la dictadura y la represión.

Pone el ejemplo del caso Cañero. Durante el juicio, testificaron como peritos los historiadores Antonio Barragán y Francisco Acosta . Según el informe de los letrados municipales, ninguno de los dos fue capaz de precisar una fuente histórica que vinculase al rejoneador con un papel dirigente o impulsor del golpe de estado de 1936. Según el informe, el profesor Acosta dijo que tampoco consta que Cañero , militar de Caballería, «realizara directa y personalmente actuación agluna de represión por razones de ideología política ni durante ni después de la Guerra Civil contra personas concretas y determinadas». Barragán y Acosta fueron dos de los miembros de la comisión de memoria histórica que elaboró el dictamen. Aquella sentencia entendió también que el hecho de que la plaza de Cañero se rotulase en 1986 la despojaba de cualquier significación franquista.

Un papel central

Los letrados municipales entienden que ser un símbolo del franquismo exige un papel central en la trama. Y entienden que Cruz Conde y Suárez de Tangil no cumplen con esos criterios jurídicos establecidos por los tribunales. El hecho de que la calle Cruz Conde se rotulase así en 1929 o que el político tuviese un papel en la trama civil desde un punto de vista decimonónico más que desde el estrictamente fascista y represivo (como dijo la propia comisión de memoria histórica) o que pasase la Guerra Civil refugiado en embajadas hasta su muerte en 1939 lo hace candidato a ese papel no simbólico de la dictadura. El caso del Conde de Vallellano recuerda que la calle se le puso por su papel en la financiación del puente de San Rafael, del Parador o del depósito de Villa Azul como ministro de Obras Públicas.

Los abogados municipales recomendan al gobierno de PP y Cs que, para dar mayor seguridad jurídica, «no debe ampararse en las dudas para mantener el nombre de las calles». Propone anular el acuerdo de PSOE e IU y completar los informes de la comisión de memoria por entidades externas como el Cronista Oficial de Córdoba , la Real Academia o la Facultad de Historia. Entre tanto eso se produce, establecen que el gobierno municipal debe abrir un expediente ordinario de cambio de nombre de las calles (no ligado a la memoria histórica) con el objetivo de establecer una tercera denominación, Cruz Conde y Vallellano , que responderían al acervo popular del topónimo. «La carga simbólica desaparece y patronómico queda convertido en simple topónimo», asegura. El secretario general del Pleno entiende que esa medida permitiría al Consistorio identificarse con el imaginario popular de generaciones pasadas y presentes que así han venido llamando a estos espacios.

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