Hazte premium Hazte premium

TRIBUNA LIBRE

Balance del año agrícola: Bien, a pesar de la sequía

El año agrícola de 2017 fue positivo aunque hay que tener en cuenta los riesgos que están ahí

Un agrilcutor en un campo de cultivo dañado por la sequía ARCHIVO

Juan Quintana

COMO sucede casi todos los años en el sector agrario, 2017 fue un periodo con luces y sombras, dependiendo del subsector al que miremos. De lo más general a lo concreto, la renta agraria en Andalucía creció en torno al 1,8%, superando los 9.600 millones. El valor de la producción repuntó en una proporción muy similar a la renta, rondando los 12.800 millones de euros. Este tirón se debió fundamentalmente al aumento del valor en la producción de hortalizas, frutas y aceite de oliva. También las exportaciones mantuvieron una tendencia positiva, con un crecimiento del 12% con un valor de más de 8.200 millones de euros, lo que reforzó la tendencia expansionista del último lustro. En concordancia con estos datos macroeconómicos, el empleo también se elevó en un 4% con respecto a 2016, acercándose a los 300.000 ocupados en el sector agrario.

Estos positivos datos macroeconómicos contrastan con el grave daño que ha generado a muchas explotaciones la intensa sequía sufrida en 2017, y que causó importantes pérdidas en el campo andaluz. En algunos sectores como el cereal, la cosecha cayó hasta un 40% y originó retrasos en las siembras de la nueva campaña.

El pernicioso efecto climatológico

En el estratégico sector del olivar las pérdidas de cosecha fueron superiores al 10% de la producción, debido a la escasez de agua y a las altas temperaturas. Sin embargo, el alto nivel de precios compensó el pernicioso efecto climatológico y permitió cerrar un año con buenos resultados económicos. En el caso de las aceituna de mesa, la situación fue más extrema, ya que casi el 50% de la misma quedó en el árbol.

El algodón vivió una año bastante estable, con una buena calidad de producto y aumento de las producciones con respecto al año anterior. Lo malo es que este sector continúa dándose cabezazos con el muro que forma la administración europea, y no consigue que se incorporen al mercado variedades modificadas genéticamente que permitan competir en igualdad de condiciones con los productores de otros espacios económicos.

El algodón se sigue dando cabezazos con el muro que forma la administración europea

La remolacha tampoco salió indemne de la seca y calurosa meteorología. Las altas temperaturas estivales favorecieron el desarrollo de enfermedades en el cultivo en sus fases finales y torcieron una campaña con buenas expectativas. En el caso de la ganadería el déficit hídrico produjo una sustancial reducción en los pastos, lo que se tradujo en un aumento de los costes de alimentación del ganado, como consecuencia de la necesidad de compra de forraje y pienso.

En cuanto a las grandes políticas, hay que recordar que en 2017 se aprobó el histórico reglamento europeo Ómnibus, que conlleva cambios estratégico en la política financiera, las ayudas a los jóvenes agricultores, etc. Dos de ellas de gran trascendencia para el campo andaluz, como son la nueva regulación de pastos permanentes y la gestión anualizada de las ayudas asociadas. Por otra parte, el debate político y económico sobre la nueva PAC , con un borrador de propuesta sobre la mesa, hizo saltar las alarmas ante una posible descentralización y desregulación de esta política.

La recuperación de las lluvias ha permitido una vuelta a la regularidad en el agro

En 2018 la recuperación de las lluvias ha permitido una vuelta a la regularidad en el agro de esta región, si bien es cierto que en algunos sectores se han encendido otros fuegos. El caos de la aceituna de mesa es uno de ellos, donde tras un mal 2017 desde una perspectiva productiva, ahora se ha unido la guerra comercial con Estados Unidos y la imposición de unos traumáticos aranceles a este producto. Otras dos amenazas acechan a nuestro campo; por un lado la «Xylella Fastidiosa» , que continúa avanzando por nuestra geografía y, aunque todavía no ha tocado territorio andaluz, es una importante amenaza para el olivar.

Otra peligrosa enfermedad se aproxima, en este caso con alto riesgo para la cabaña de ibérico, y es la peste porcina africana, de imprevisibles consecuencias. Habrá que estar muy al tanto de su evolución y poner todas las medidas posibles para que no toquen a esta región, o el impacto económico en ambos sectores podría ser un torpedo en la línea de flotación de nuestro majestuoso barco agrario.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación