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Religión

Beato Cristóbal de Santa Catalina, el nuevo hito del crecimiento constante de las iglesias en Córdoba

El obispo bendice el templo auxiliar, que recoge la expansión de la ciudad

El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, en el nuevo templo del Beato Cristóbal de Santa Catalina Rafael Carmona
Luis Miranda

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Crece la ciudad, se edifican nuevos barrios y llegan también nuevas parroquias para atender espiritualmente a las personas cristianas que viven en ellos. La zona conocida como Nuevo Poniente o Nuevo Zoco, que se extiende al oeste de la calle Escritor Conde de Zamora, a la espalda del hospital Quirón, es la última en tener un templo propio, por ahora en los bajos de un local comercial. El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández , bendijo este viernes el nuevo templo del Beato Cristóbal de Santa Catalina , que funcionará como auxiliar de la parroquia del Beato Álvaro de Córdoba, ya que está en el ámbito de su feligresía.

Lo hizo en la víspera de la celebración de la fiesta del titular. Cristóbal de Santa Catalina (1638-1690) fue un sacerdote nacido en Mérida que en Córdoba se dedicó a atender a pobres y enfermos y fundó la Congregación Hospitalaria que sigue hoy viva. Lo hizo en el hospital que le cedió la cofradía de Jesús Nazareno .

Su obra dejó huella en Córdoba y se le beatificó en la Catedral en abril de 2013. El primer templo que se le dedica es un local de unos 144 metros cuadrados, con veinte bancos. Como explicó el párroco del Beato Álvaro de Córdoba , Tomás Pajuelo , a partir de agosto se celebrará allí la misa todos los domingos a las 11.00 de la mañana. La feligresía abarca también el nuevo barrio y el templo atenderá a quienes viven allí, que no tendrán que desplazarse al Beato Álvaro de Córdoba, y también a los familiares de pacientes ingresados en el cercano hospital Quirón. «Allí no hay capilla y habían preguntado si había alguna iglesia cerca», recordó el sacerdote.

El nuevo templo, auxiliar del Beato Álvaro de Córdoba ofrecerá una misa semanal para las personas que vivan en el barrio de Nuevo Poniente

El templo venerará a su titular, el Beato Cristóbal de Santa Catalina, a través de un cuadro que ha realizado la pintora sevillana Nuria Barrera , y también habrá una reliquia. Un Crucificado y una imagen de la Virgen María , del taller Dorrego, en Arganda del Rey, conmpletan este espacio.

«Las celebraciones de los sacramentos, como bautizos, entierros y bodas, sí tendrán que hacerse en la iglesia del Beato Álvaro de Córdoba, que es de mayor tamaño», explicó el sacerdote. Está en un solar cedido por Vimpyca entre las calles Escritora Concha Espina y Escritora Cecila Böhl de Faber y también tiene un Vía Crucis en cuadros obra de la artista Marieta Quesada .

Se trata del noveno templo parroquial que la diócesis levanta en los últimos 25 años, y todos ellos coinciden con la expansión urbana de la ciudad en nuevos barrios, que ha necesitado de nuevas iglesias para atenderlos. En 1995 se consagró la iglesia de Santa Luisa de Marillac , en el barrio del Guadalquivir, y poco después la de Nuestra Señora de la Aurora , que atiende desde entonces a una nueva zona del barrio de Fátima, que ha seguido creciendo tras el cierre de la antigua Prisión Provincial, frente a la que está.

Iglesia de la Consolación, consagrada en el año 2011 Roldán Serrano

Lo que más ha crecido en este tiempo son los barrios en el norte y el oeste de Córdoba, y por allí han nacido también las nuevas parroquias. En 2001 se consagró la del Beato Álvaro de Córdoba, que atendió a los feligreses de una zona en constante expansión, hoy consolidada, en Poniente. Para entonces otra de las zonas de nuevo crecimiento era la del Tablero , a las faldas del Brillante, y allí nació la iglesia de Nuestra Señora de la Esperanza , también de 2001.

Una constante en los nuevos templos ha sido que se dediquen a santos que nacieron o vivieron en Córdoba, y eso sucedió en la parroquia de Arroyo del Moro , que lleva el nombre de Santa Rafaela María , una religiosa nacida en Pedro Abad que fundó la congregación de Esclavas del Sagrado Corazón. Se consagró en el año 2009, y dos años después llegó el templo de Nuestra Señora de la Consolación , algo más al norte, entre este barrio nuevo y la Colonia de la Paz. Poco antes, en 2005, se había consagrado otro templo en la zona sur. Es el dedicado a San Ignacio de Loyola , para una parroquia que funcionaba desde bastante tiempo atrás, pero que sólo tuvo un templo en ese momento.

Parroquia de San Vicente Ferrer, en Cañero Valerio Merino

Estos templos consagrados en el último cuarto de siglo son la continuación al crecimiento de los templos en la ciudad, que ha ido parejo a su expansión urbana desde la segunda mitad del siglo XX. Hasta entonces Córdoba tenía una docena de parroquias intramuros y varias decenas de iglesias conventuales más, tanto de órdenes masculinas como femeninas. La primera de las nuevas parroquias se erigió en 1947 y fue la de Nuestra Señora del Rosario . Como recuerda Juan José Primo Jurado en su libro «Iglesias de Córdoba» , publicado por Almuzara, fue una iniciativa de la Sociedad Española de Construcciones Electromecánicas, en el barrio del mismo nombre. A partir de ahí se sucedieron las nuevas construcciones, hasta 26 en las décadas siguientes. Cada una de ellas tuvo el sello propio de su época y del obispo que las promovió.

Parroquia de Santa Teresa, paradigmática de cómo se construyó en la década de 1970 Valerio Merino

Las primeras fueron del episcopado de Fray Albino González Menéndez-Raigada , que levantó siete parroquias desde Jesús Divino Obrero y Cañero hasta Cristo Rey . Eran iglesias sencillas, pero todavía apegadas a la arquitectura más tradicional, con preminencia de la cal y el albero en el interior y el exterior, exentas y con dimensiones muchas veces notable.

Parroquia de la Inmaculada Concepción, consagrada en 1964 Miguel Ángel

La segunda oleada llegó en el pontificado de Manuel Fernández-Conde , con templos también grandes, como la Inmaculada en 1964, aptos para la liturgia tradicional y que se adaptaron pronto al Concilio Vaticano II , pero también con piezas de autor como la Asunción del Parque Figueroa, obra de Rafael de La-Hoz. El mayor crecimiento de la ciudad llegó en los años siguientes, y en la etapa de José María Cirarda , en los años 70 hubo muchas iglesias construidas en bajos de bloques, con medios muy sencillos, como Santa Teresa en Ciudad Jardín , San Juan de Ávila y Nuestra Señora de Belén en Levante, San Fernando en la Huerta de la Reina, Santa Isabel de Hungría o Fátima en 1983 .

Iglesia de Nuestra Señora de la Aurora, en el barrio de Fátima Valerio Merino

A partir de la etapa de José Antonio Infantes Florido se volvió a construcciones más tradicionales, nuevamente exentas y con más amplitud, como la iglesia de la Aurora. En los últimos años se ha conjugado cierta monumentalidad con la mirada a modelos contemporáneos de arquitectura.

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