El Belén Viviente de Torrecampo, un viaje a la historia de la mano de sus vecinos

A un cuarto de hora de que arranque una nueva edición del Belén Viviente de Torrecampo , todos los participantes se reúnen en la plaza del Ayuntamiento para hacerse la primera foto de familia. Se palpan los nervios, se repasan las últimas indicaciones y se ayuda al compañero para perfilar cada detalle de la indumentaria.

Una vez se ha cumplido con los ‘flashes’ cada vecino de esta localidad de Los Pedroches que participa en esta iniciativa va ocupando sus puestos, desde María y José en el portal, hasta los Reyes Magos dispuestos a agasajar a los pequeños y mayores, pasando por la tenería, el palacio de Herodes, la escuela o una boda hebrea. Son algunas de las escenas que se reproducen estos días en Torrecampo y que ayer ya visitaron centenares de personas .

El camino permite viajar mentalmente a tiempos lejanos , aunque los guiños a la tierra están muy presentes a través de los oficios y la gastronomía. Desde las cinco de la tarde y hasta las diez de la noche , aunque mientras haya gente el belén sigue representándose, los vecinos de Torrecampo se convierten en actores recibiendo como gratificación el reconocimiento de los visitantes.

«Muchas gracias por todo el trabajo, es precioso», le dice una de esas visitantes a las vecinas que hacen queso en la quesería que agradecen los piropos mientras dan cumplidas explicaciones del proceso que tienen entre manos. Y esa es la tónica durante todo el paseo, de unos vecinos orgullos por exponer el trabajo colectivo de meses y unos visitantes disfrutando de ese viaje hasta la tierra prometida.

Hoy se repetirán esas estampas porque el Belén Viviente volverá a abrir sus calles en la jornada dominical poniendo el broche a una edición que sigue creciendo con nuevos espacios y escenas y que vuelve a poner en valor el trabajo colectivo de un pueblo que se vuelca en esta iniciativa.