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PATRIMONIO

Calles monumentales en tinieblas: las calles del entorno de la Mezquita de Córdoba, a oscuras

Los negocios de la zona denuncian averías y deficiencias que tienen la zona en penumbra

La calle Torrijos, con parte de la luz cegada por los árboles Rafael Carmona

Luis Miranda

Ciertas calles de Córdoba perderían encanto con demasiada luz , pero lo que sucede en algunas otras está más cerca de las tinieblas que de la penumbra íntima. Y no son calles menores en Córdoba, sino aquellas a las que recaen las fachadas de la Mezquita-Catedral . Torrijos, una de las calles más concurridas por los visitantes, es también de noche una de las más oscuras debido a la combinación de varios factores: el fallo de algunas luminarias y la presencia de naranjos que tapan a las farolas.

La denuncia la ha hecho el propietario del restaurante El Bandolero y la corroboran empleados y personas que suelen moverse por la calle. Así, Federico Adarve cuenta que el problema de la oscuridad se da en la acera occidental, es decir, donde están los establecimientos, frente a la Mezquita-Catedral. «Antes había unas luminarias que fallaban, después las cambiaron y vuelven a fallar igual, así que tiene que ser un problema de los cables», afirma el propietario de El Bandolero. Sus clientes son los que padecen una parte del problema.

Calle Amador de los Ríos, entre el Alcázar y la Mezquita-Catedral de Córdoba Rafael Carmona

Desde allí hasta el Palacio de Congresos está la zona más oscura de la calle, justo en el ensache que se hace hasta que se llega al muro del Palacio Episcopal. Como explicó, el problema con las farolas es que «dan poca luz», pero se suma otra circunstancia: «Muchas están detrás de los naranjos». Y se trata de árboles con copas muy tupidas y frondosas, que no permiten el paso de la luz, y además la absorben. Por eso sugiere que se poden, que se les quite altura y densidad. Lo corrobora Antonio, un taxista que tiene su vehículo detenido en la misma calle Torrijos, donde está la parada que atiende a quienes buscan transporte junto al gran monumento de la ciudad. «Sí es verdad que de noche está todo muy triste , y muchos vecinos se quejan de que se ve muy poco», dice.

La calle Cardenal Herrero no presenta esos problemas tan acusados, en parte porque sus características son distintas. Es más estrecha y también están las luminarias que hacen visible la torre de la Mezquita-Catedral. Y Amador de los Ríos , también con naranjos, presenta también un aspecto muy tenebroso gran parte de la noche. Manuel, desde la barra del restaurante El Caballo Rojo , asegura que no se dan esos problemas, pero también es consciente de que hay zonas que no están tan bien iluminadas. Y el caso es que por allí pasa gente para pasear durante todo el año, aunque más en verano, y disfrutar de las vistas, y encuentran cómo la luz falta en una de las calles con mejores vistas de la ciudad, por tener el triunfo de San Rafael como fondo.

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