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Contramiradas

Clara Fernández de Molina, bloguera de moda: «Hay niños de 15 años que ya quieren ser influencer»

Se sumergió hace ocho años en el mundo de la moda y hoy es una de nuestras «instagramer» más cotizadas

Clara Fernández de Molina, en su casa de Córdoba Valerio Merino
Aristóteles Moreno

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Más de 32.300 personas siguen minuto a minuto su vida. Vigilan cómo se peina por las mañanas, qué productos usa para el maquillaje , qué ropa combina con el vaquero, qué zapatillas prefiere para hacer deporte, cómo va de compras al centro comercial. Clara Fernández de Molina es «influencer». Ha convertido su estilo de vida en escaparate público y m iles de seguidoras (y seguidores) de Instagram no le quitan un ojo a través del móvil desde que desayuna hasta que se acuesta. Ejerció de arquitecta hasta 2012, pero el crack del ladrillo y su pasión por la moda la sedujeron para reconvertirse en un oficio que es hoy uno de los fenómenos más sorprendentes de la era digital.

De arquitecta a «fashion blogger». Menudo volantazo.

Claro. No me llenaba del todo mi trabajo y, además, coincidió con la crisis económica.

¿Echa de menos la escuadra y el cartabón?

Bueno, en arquitectura ya se trabajaba todo por ordenador. Pero no lo echo de menos. Y no renuncio a volver, aunque ya para trabajar en temas relacionados con el interiorismo .

Nada más abandonar el despacho de Alberto Miño y José Juan Sánchez abrió su blog «Con paso chic» . De eso hace ya ocho años. En su propia plataforma web transmitía sus preferencias de moda , consejos de belleza o sugerencias de salud. Las cosas rodaron bien y en poco tiempo logró esponsorizar un buen puñado de marcas de cosmética y ropa. Hoy Instagram ha revolucionado todo. De «blogger» ha pasado a «influencer». Los post son rémoras del pasado. Ahora hay que tirar de vídeo, interactuar con los seguidores y compartir en tiempo real si te pones unos botines rojos para salir a la calle o prefieres esmalte de uñas color zanahoria.

32.300 seguidores en Instagram. ¿En qué liga juega Clara Fernández de Molina?

Se supone que soy microinfluencer . Así se denomina por el número de seguidores. Pero está bastante considerado. De hecho, muchas marcas prefieren colaborar con cinco chicas con ese número de seguidores que con otras que tienen un millón. Yo debería tener muchos más. Y de las que tienen un millón, hay muchos seguidores comprados y falsos. Yo no he hecho trampas nunca jamás.

«Yo vendo naturalidad. Y mi estilo es 'urban casual'»

Hoy día, ¿sé influencer y échate a dormir?

Para nada. Por favor. Yo me lo tomo en serio como algo profesional. Hoy me he levantado a las siete y media. Me he peinado, me he maquillado, he hecho una sesión de fotos , luego ha venido el fotógrafo de ABC , he hecho otra sesión y ahora me pongo a escribir. Estoy todo el día. Es un trabajo impresionante. Tienes que buscar el escenario, preparar el «look», hacerte las fotos, editarlas, escribir, llevar las relaciones con las marcas , abrir correos, contactar con la agencia. Estoy a tope.

Clara Fernández de Molina, en el jardín de su casa de Córdoba Valerio Merino

Hay 16 millones de usuarios en España. ¿Quien no está en Instagram no existe?

No diría tanto, pero yo veo raro a quien no está. Hasta mi madre está metida. A todo el mundo le gusta compartir.

Existen 400.000 «influencers» en España. Por lo que se ve, hay que abrirse un hueco a codazos.

Claro. Por eso es tan difícil. Hoy todos los niños quieren ser «influencers». Yo he hecho una carrera dura y ahora desde los quince años ya se quieren dedicar a ser «influencer». Hay que estudiar y trabajar.

¿Qué vende Clara Fernández de Molina?

Yo vendo naturalidad.

He leído que su estilo es «urban casual». ¿Da en la diana?

Sí. Porque uso, por ejemplo, pantalón de vestir con deportivos . Es una mezcla, sí.

«Yo me tomo esto en serio y como algo profesional. Es un trabajo impresionante»

Buena parte de los más de 32.300 seguidores de Clara Fernández de Molina son de Córdoba , Sevilla, Málaga o Madrid. Pero también cuenta con usuarios en Argentina o México . Y no todas son chicas. El 40 por ciento de sus simpatizantes son hombres. Eso sí: son ellas las que interactúan, preguntan, consultan y opinan sobre el estilo de vida que propone la «influencer» cordobesa en su perfil de Instagram. «Los chicos no preguntan. Se limitan a darle al « like » y punto», señala.

Clara Fernández de Molina tiene un control absoluto sobre sus redes sociales . Escribe los textos, hace las fotografías, edita los vídeos y selecciona las actividades que quiere compartir con sus seguidores. Solo para la gestión comercial de las marcas que patrocina dispone de una agencia intermediaria que hace el trabajo de manager. «Las marcas de moda y belleza se fijan en nosotras para que transmitamos al público sus productos», detalla Clara Fernández de Molina. «Las potenciales compradoras nos ven como personas reales con las que se identifican», agrega. No quiere decir que todas las prendas y complementos que exhibe en Instagram estén patrocinados. En absoluto. Muchos forman parte de su vestuario personal.

La influencer cordobesa Clara Fernández de Molina Valerio Merino

¿Sueña con ser Dulceida?

¿Yo? No. Sueño con ser yo y que se me reconozca más. Dulceida no es mi referente en moda.

¿Ni por sus 2,8 millones de seguidores en Instagram?

No. Tiene un éxito diferente al que yo busco. Es otra cosa. Tengo otros referentes.

¿Por ejemplo?

Silvia García «Bartabac», Alexandra Pereira o Rebeca «A trendy life».

¿Cuántos armarios tiene usted en casa?

Dos armarios grandes en mi cuarto. Y luego reparto un poco por el resto de la casa. No tengo tanto. Soy muy de básico y fondo de armario. Soy de un buen vaquero y una blusa mona . Sí es verdad que me mandan muchos zapatos, botines, botas. No soy compradora compulsiva para nada.

«Dulceida no es mi referente de moda. Tiene un éxito diferente al que yo busco»

No es de ese tipo de personas que va a comprar todas las semanas.

Sí [risas]. Pero compro una cosa y, si no me queda bien, la descambio.

¿Y cuántos pares de zapatos guarda en el ropero?

No lo sé. Quizás cincuenta.

¿Qué es lo primero que mira usted de una persona?

La naturalidad. La mirada . Que me transmita. Me molesta mucho la gente que está como por encima. Me gustan las personas llanas y naturales.

¿Qué prenda le da dolor de estómago?

Unos taconazos . No puedo.

Usted no los necesita.

No los necesito, no. Los tacones de diez centímetros no son para mí.

¿Un taconazo es una tortura?

Para mí, sí.

¿Y qué es vestir bien?

Sentirte cómoda e identificada con el «look» que llevas. Con un buen vaquero y una americana vas perfecta.

«La bomba de esta temporada van a ser los vaqueros anchos. Los «wide leg». Es mi estilo»

¿Y qué es no vestir bien?

Eso es muy subjetivo. No sé. Quien se quiera poner encima todas las tendencias sin que les sienten bien. No vestir bien es no tener personalidad .

¿Ir a la moda es una forma de tiranía?

No. A mí me encanta la moda y las tendencias , aún así no me pongo lo que veo que no me sienta bien. Para mí, la moda es un arte .

Y no volverá a la arquitectura.

No descarto volver pero en el tema de interiorismo.

¿Cuál va a ser la bomba de esta temporada?

Los vaqueros anchos. Los «jeans wide leg». Es mi estilo.

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