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DESAFÍO INDEPENDENTISTA

Córdoba en Cataluña, entre la inquietud y el asombro

Así ven el proceso secesionista varios cordobeses emigrados y catalanes que han hecho de Córdoba su hogar

Réplica de la fuente de Canaletas de la Avenida de Barcelona de Córdoba ÁLVARO CARMONA

RAFAEL AGUILAR

La medida de lo que está pasando en Cataluña la da que un empresario pida por favor que su testimonio aparezca camuflado bajo el anonimato. Es el caso de un hombre que pasa de los setenta años y que nació en el Valle de los Pedroches , al que le mandaron a hacer la mili a Barcelona en 1961. Y allí sigue. «He trabajado mucho y también he tenido suerte: desde que empecé en mis negocios no me ha faltado de nada y mantengo mi firma con más de veinte empleados desde hace ya cuatro o cinco décadas», explica en una conversación telefónica que se corta con frecuencia porque ha bajado al sótano del edificio de su compañía para poder hablar con tranquilidad. «Aquí, con la que está cayendo, las paredes oyen y no sabe uno quién está al otro lado de la puerta del despacho. Tengo que mantener mi posición y el sueldo de mis trabajadores», afirma. «Mire: hace unos meses me entrevistaron en uno de esos programas matinales de la tele que ve todo el mundo y hablé con libertad en contra de la independencia. No se puede imaginar lo que me cayó », completa.

La postura de este cordobés es que «todo esto no tiene sentido, porque los políticos que dicen que quieren la secesión no siguen ninguna ideología, sino que en realidad están buscando el asiento del otro. Las personas que vivimos aquí sabemos que hay mucho dinero que se ha ido en estos meses de atrás a los bancos de Andalucía , a Cajasur por ejemplo, porque la gente tiene miedo. Yo mismo estoy pensando en mudar mi sede social a Córdoba . Esto es de locos», relata. ¿Cómo hemos llegado a este punto? La respuesta del empresario anónimo es clara: « El Estado ha dejado que fueran demasiado lejos ».

«La convivencia está rota en Cataluña. El reto es ya mantener la coexistencia»

Manuel Peña Díaz

La opinión de Manuel Peña Díaz , profesor de Historia Moderna de la Universidad de Córdoba (UCO) y director de la revista « Andalucía en la Historia », no es muy diferente. El juicio de este docente e investigador es pertinente porque ha vivido treinta y tres años en Barcelona -hasta 1997, cuando se trasladó a Córdoba- y es autor de monografías como «Catalanes en el Renacimiento: libros y lenguas» e «Historia cultural de Barcelona». «No sé por qué nos rasgamos ahora las vestiduras, a mí no me extraña en absoluto lo que está sucediendo: en la raíz de todo esto está la complicidad de los gobiernos de González, de Aznar, de Zapatero y la complicidad del municipio socialista en el cinturón de Barcelona; hablamos de los Montilla, de los Celestino Corbacho, etcétera», indica este especialista, que está apenado por «lo que está sufriendo la gente allí y sobre todo desde hace ocho años, porque la fractura social , de amistades e incluso familiar se ha acentuado mucho, porque la convivencia está ya rota en Cataluña. El reto ya no es mantener la convivencia, porque ya no existe, sino la coexistencia».

José García Obrero nació en Santa Coloma de Gramanet, en la provincia de Barcelona, en 1973 y reside en Córdoba desde 1997. Es poeta, colabora como crítico literario en diversas publicaciones y es autor entre otros trabajos de «La piel es periferia» (Visor, 2017), que se alzó con el Premio de Poesía Ciudad de Burgos en 2016. «Veía venir un choque de trenes por las posiciones de dos partidos, PP y PDCat (antigua CIU), que se han mostrado enrocados desde un inicio, y que han ido alimentando, durante estos últimos años, el fuego del otro con gasolina, en lugar de sentarse a negociar seriamente», comenta. Y añade: «Todo lo que está sucediendo en este mes de septiembre, por ejemplo, ha prendido una hoguera sin precedentes , que coloca el problema en un escenario inédito, alejado de cualquier posibilidad de solución».

Tampoco le coge nada por sorpresa a la periodista María José Martín , nacida en Barcelona y de padres cordobeses, que lleva 21 años en Córdoba. «La tormenta se veía venir desde lejos, hemos ido viendo cómo se formaban los nubarrones en el horizonte pero creíamos que se disiparían. No ha sido así, al contrario». Para Martín, «es indudable que el independentismo en Cataluña tiene raíces económicas ; es un nacionalismo de ricos que sienten que aportan demasiado a las arcas del Estado. Estoy convencida de que esto se hubiera solucionado hace años mediante una mejora de la financiación autonómica o mediante un pacto fiscal».

Otro punto de vista interesante es el que expone Rafael Gavilán , que preside la casa cultural de Córdoba en Barcelona , con sede en Badalona. «Intentamos hacer actividades que favorezcan la convivencia además de que saquen a relucir nuestras vivencias y los recuerdos de nuestra tierra, y aunque intentamos que la política no nos afecte, claro que al final se cuela en nuestra casa», declara. «Nuestra casa regional no es nueva: llevamos funcionando desde el año 1975 y le digo yo que por mucho que nos temiéramos que algo parecido a esto iba a pasar, nunca pensamos que la tensión iba a llegar a tanto ».

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