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Cultura

Dando vida con colores a postales históricas de Córdoba

Rafael Navarrete aplica la tecnología a fotografías en blanco y negro, como los retratos de Romero de Torres o Manolete

La avenida Gran Capitán en una estampa clásica, a todo color ABC/ Rafael Navarrete

Félix R. Cardador

Funcionario por las mañanas y reanimador o «resurrector» del pasado histórico por las tardes. Algo así se puede decir de Rafael Navarrete , un manchego-sevillano de 55 años cuya afición consiste en dar color mediante el ordenador a viejas fotografías en blanco y negro. Dotado de una innegable sensibilidad para ello, Rafael se ha convertido en los últimos años en un perfecto animador de las redes sociales. Y es que no deja de ser una sorpresa levantarse por la mañana, tomarse el canónico café con media tostada y ver mientras repasas el móvil cómo aparece un Juan Ramón Jiménez a color con una calva lírica y brillante o una Zenobia Camprubí de ojos verdosos , belleza exótica y juventud a raudales. Frente a la distancia y al extrañamiento que produce el blanco y negro por elegante que sea, estas imágenes en color rompen esa barrera. Más bien la destrozan. Traen al rabioso presente tecnológico a personajes que parecían desdibujarse sin remedio en la cenicienta neblina del ayer.

Rafael Navarrete explica que comenzó con esto como afición hace algo más de un lustro. Nacido en Puertollano, en Ciudad Real, llegó a Sevilla con su familia muy joven y su primera opción fue estudiar Bellas Artes , pero no encontró plaza. Se licenció en Derecho, se hizo funcionario y, como él explica, se ganó la vida. Pero el amor por las artes estaba ahí, en lo hondo, lo que unido a su curiosidad por la tecnología y en especial por el programa Photoshop lo llevó a iniciarse en ese afición tan curiosa que consiste en dar color a viejas fotos en blanco y negro. Algo que en otros países, según explica Navarrete, «tiene bastantes seguidores, pero que en España es muy infrecuente». Cientos han sido las fotos que desde entonces han pasado por su personal laboratorio y por sus retoques, con la atención especialmente puesta en retratos de creadores y artistas , en imágenes señeras de la guerra civil del 36 y en paisajes urbanos de Sevilla pero también de otras muchas ciudades.

Julio Romero de Torres, con pose de galán de Hollywood ABC/ Rafael Navarrete

En el quehacer de Navarrete se han cruzado de hecho algunos importantes personajes cordobeses. Por ejemplo, Julio Romero de Torres , del que Navarrete ha coloreado uno de sus más sobrios retratos. Aparece el gran pintor de medio lado, con fino bigote, cabello negro, delgadez apuesta y nariz viril de galán de cine . O también Manolete , pues no han sido pocos los toreros a los que ha dado vida para sacarlos de la melancolía del viejo daguerrotipo violáceo. Ninguno de los retratos coloreados de filiación cordobesa ha causado sin embargo tanto revuelo reciente como el de María Luisa Natera , la joven a la que Federico García Lorca conoció en un balneario cuando ambos eran cándidos adolescentes y a cuyos ojos azules le dedicó un muy lorquiano poema. De ese amor platónico de juventud entre el poeta y la joven cordobesa dio cuenta hace algunos años su más conocido biógrafo, Ian Gibson, gracias a los testimonios de los hijos de Natera. La belleza de la chica queda clara en la instantánea, del mismo modo que queda justificado e l conjuro que su mirada produjo en el impresionable escritor incipiente.

La huida de Cerro Muriano en 1936 ABC/ Rafael Navarrete

También cordobesas son estampas no tan románticas, sino en realidad dramáticas . Testimonios gráficos del conflicto del 36 que Rafael Navarrete ha coloreado. Por ejemplo, la foto histórica que refleja la huida de civiles desde Cerro Muriano hacia la estación de El Vacar y Obejo, una imagen del periodista alemán Hans Namuth. Tomada se supone que en septiembre del 36 tras un bombardeo del bando nacional, muestra la desesperación de una madre y de un padre tratando de salvar la vida de sus hijos. Vista a color, acerca esa drama de una familia de los años 30 que muy poco se diferencia en lo más esencial de cualquier familia de hoy. En la misma línea, también impresiona ver a color la fotografía de dos niñas pequeñas jugando en la localidad guaditeña de Valsequillo, una instantánea del año 37 , cuando ahí estaba ubicado el frente. Atribuida en ocasiones a Gerda Taro, que anduvo por el frente cordobés junto a Robert Capa y otros míticos reporteros, aumenta su dramatismo al ver los rostros y los vestidos de las pequeñas manchados del carmesí de la sangre.

La impresionante mirada de la musa de Federico García Lorca ABC/ Rafael Navarrete

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