Día Mundial del Síndrome Down
Daniel, el joven de Córdoba con síndrome de Down que vence a la vida y la pandemia
El servicio de inserción laboral de la Asociación Down acusa una bajada del 20% de sus beneficiarios por el coronavirus

Daniel Serrano Pérez tiene 34 años y es un chaval feliz. Dolido, como todo el mundo, con la triste situación que ha generado la pandemia, con los problemas de incomunicación y con la herida abierta por la escasez de contactos personales que arrastra cada ... cual.
Pero ahí está el muchacho, levantándose cada mañana pensando en la ilusión que le hace cumplir bien con su trabajo, el de operario de mantenimiento en las instalaciones de Cafento Terrasur , situadas en el polígono industrial de la Dehesa de Cebrián, dentro del término municipal de Villafranca de Córdoba .
Su padre, Juan, está jubilado, y es quien lo lleva y lo trae a diario hasta la fábrica en la que se gana la vida. Él, Daniel, lleva en verdad ganándosela desde que nació. Es un vencedor nato . Una alteración en el cromosoma 21 le hizo diferente. A él y a su familia. Es síndrome de Down, cuyo día mundial se celebra este domingo 21 de marzo.
«Nos enteramos cuando nació , entonces no había tantos adelantos como ahora. Nos dijeron que había sido accidental. Que ocurría en uno de cada seiscientos partos. Nos tocó. Estuve una semana entera llorando sin parar. Hasta que me levanté, hasta que me di cuenta que era lo que había. Que teníamos que tirar para adelante. Y aquí estamos», dice su madre, María Dolores .
Entonces, cuando Daniel llegó al mundo, la Asociación Síndrome de Down de Córdoba , andaba en pañales. Sus padres fueron parte del equipo de familias de la puso en marcha con mucho esfuerzo y tesón. «Hicimos lo que pudimos. Cuando el niño, que tiene un hermano mayor , cumplió los dos meses lo llevamos a un programa de e stimulación precoz y empezó su educación en colegios normalizados. Hizo Primaria con profesores de apoyo, aprendió a leer, pero en Secundaria se estancó y lo tuvimos que cambiar a un centro de educación especial en el que se adaptó muy bien, le ayudaron mucho», declara la mujer.
La dedicación de sus progenitores y el apoyo de la Asociación han surtido efecto: gracias al programa de inserción laboral de la entidad, Daniel lleva seis años trabajando como e specialista de mantenimient o en Cafento. «Le gusta. Él se dedica a limpiar chapas y calderas de las máquinas de café», añade María Dolores, jubilada como su marido de la empresa propia de reparación de piezas industriales a la que se han dedicado durante décadas. «Para mi hijo, el trabajo es importante. Y más ahora, con la pandemia, que le ha afectado bastante, porque se quedaron parados los talleres de deportes , de ocio, de teatro que tenían en la asociación...», reflexiona.

Luis Javier Trillo es el gerente de la Asociación Síndrome de Down de Córdoba y está convencido de que «la mayor parte de las personas con síndrome de Down, son hoy capaces de trabajar si se les prepara adecuadamente, si adaptamos los puestos de trabajo a sus capacidades y si les damos la oportunidad de hacerlo».
«Las experiencias en este campo demuestran que el acceso a un puesto de trabajo transforma sus vidas, enriquece su experiencia personal y les da mayor seguridad y autonomía. Para ello apostamos por los Programas de Formación Laboral y de Inserción Laboral, mediante el Empleo con Apoyo, centrados en la persona y sus posibilidades, para lograr que la persona con discapacidad se inserte laboralmente en un ambiente normal en una empresa», destaca.
«Está feliz con su ocupación, pero el confinamiento le afectó mucho», asegura la madre del empleado
En el engranaje de inserción laboral de la entidad con sede en El Tablero es fundamental el papel del preparador , que actúa como mediador entre la empresa, el trabajador y su familia. «Esta persona promueve los apoyos , dentro y fuera de la empresa, necesarios para lograr una inclusión laboral eficaz y productiva. Él acompaña y forma al empleado en el puesto de trabajo mientras adquiere las habilidades necesarias para desarrollar su labor con eficiencia, y este apoyo se le retira de forma progresiva», resume Trillo.
«Pero el preparador nunca se desvincula ni del trabajador, ni de la empresa ni de la familia: siempre hay un seguimiento », completa. Todas estas iniciativas se encuentran englobadas en el denominado ‘ Proyecto Vida’ , «que aborda toda la etapa vital de la Persona con Trisomía 21, desde su nacimiento hasta el envejecimiento».
A pesar de las dificultades, el esfuerzo de integración de los asociados en el mercado de trabajo ha cosechado durante el pasado año unas cifras satisfactorias: ha atendido a 42 personas (31 hombres y 11 mujeres) dirigidas por tres profesionales y un grupo de coordinación de prácticas auxiliado por un cuerpo de voluntarios.
Así, con mascarilla y con la distancia social siempre en la cabeza, en el local de la avenida de María la Judía ha habido en estos difíciles meses de atrás talleres de estimulación cognitiva , de lectura fácil, de vida saludable, de cocina, de imagen personal, de sexualidad y afectividad , de manejo del euro e identificación de las monedas y los billetes, así como de deporte y aseo, de habilidades sociolaborales, de autodefensa y de nuevas tecnologías gracias al programa ‘Yo me prep@ro’ en el que participa la Fundación Vodafone España.
El Covid-19 no lo ha puesto sencillo. «En materia de formación e inserción laboral , el año 2020 y lo que llevamos de 2021 están siendo complejos, sobre todo por los meses de incertidumbre y miedos generalizados por no saber que iba o va a suceder», subraya Luis Javier Trillo.
«Nos hemos tenido que reinventar y reconducir nuestras sesiones, apostando por modelos mixtos de formación , simultaneando las actuaciones presenciales con las telemáticas, para evitar que nuestros chicos se quedaran en casa y evidenciaran un retroceso en sus capacidades y habilidades», añade.
El confinamiento inicial y las limitaciones de movilidad han supuesto que los usuarios del dispositivo de facilitación de empleo haya descendido un 20 por ciento con respecto a las cifras habituales de los años más recientes.
Daniel ha sido uno de los beneficiarios de la Asociación Down que ha resistido. Ahí está, aprovechando la oportunidad que le dio un concurso de baristas en el que participó. «Lleva seis años con este trabajo, y está feliz con su vida», comenta su madre, contenta de que poco a poco se haya la situación se vaya normalizando y su hijo pueda estar retomando su actividad habitual, su rutina.
El gerente de la entidad sabe de sobra que el empeño de gente como Daniel y su familia es esencial para salir adelante, para superar la zancadilla de la pandemia. «Han sido meses duros y complejos, donde había que primar la salud, cumpliendo con todas las medidas socio-sanitarias, pero que han merecido la pena, sobre todo por ellos y ellas, que no han mermado un ápice sus ganas de aprender , sus ganas de formarse para conseguir su meta, que no es otra que lograr acceder al mercado laboral», afirma Trillo, que lanza un mensaje a las empresas para que no dejen de apoyarles.
«Hay un aspecto que no depende de nosotros, ni de ellos ni de ellas: depende de las empresas públicas y privadas de nuestro entorno. Son ellas las que tienen en su mano darles una oportunidad para que los chicos y chicas puedan demostrar sus capacidades». A Daniel se la dieron y las demuestra a diario.
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