Hazte premium Hazte premium

BAENA

Deslizándose por la diversión en Albendín

Su feria del emigrante contó con el tobogán acuático que es la atracción del verano en Guadajoz

Un chico se lanzao por el tobogán instalado en Albendín S. N.

Sandra Núñez

Nunca las pendientes , esas temidas cuestas que abundan en muchos pueblos de la campiña del Guadajoz , han sido tan querida s como en los últimos años con más de 35 grados a la sombra. Desde que se descubriera en esta zona de la provincia de Córdoba el tobogán acuático , el amor por las cuestas en verano ha ido creciendo año tras año. No hay fiesta o feria que se precie en la zona que no cuente entre sus principales actividades con este trozo de parque acuático itinerante.

La ú ltima parada del tobogán acuático nómada ha sido la feria del emigrante de Albendín que ayer quedaba inaugurada con esta atracción que levanta pasiones entre pequeños y mayores. Es el segundo año que llega a la pedanía baenense y como dice su alcalde, José Antonio García, es «un éxito seguro ».

Este año han repetido ubicación, la calle Santa María de Albendín, una de las más empinadas del pueblo, con una pendiente que el alcalde estima que es de «un 20% aproximadamente» . Ideal para coger velocidad en el descenso sin llegar a suponer un peligro para los amantes de esta atracción. Para alivio de familiares y amigos.

El tobogán ocupa el tramo que va desde la Plaza de Andalucía hasta la calle Baena. Unos 50 metros aproximadamente. Parece poca distancia si se compara con la cola de niños y mayores que hay esperando para deslizarse por él con el flotador gigante a cuestas.

Pero es suficiente para experimentar una instantánea subida de adrenalina en menos de treinta segundos que es lo que dura cada pase. Una bajada súbita para estamparse literalmente contra un muro hinchable y llevarse un buen remojón . Es un descenso rápido pero la subida hasta la cola para repetir chapuzón no lo es menos. Nunca, salvo el día que llega el tobogán acuático, se sube con tanta destreza este tramo de calle.

A las 18.30 el tobogán se ponía en marcha. El fuego lo abrían los intrépidos jóvenes que cursan primaria . Entre ellos se colaba algún que otro mayor, con el alcalde pedáneo dando ejemplo. Rápidamente los más pequeños obligaban a padres y madres a deslizarse con ellos. En la recta final, el tobogán era probado por todos, salvo los más vergonzosos.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación