Hazte premium Hazte premium

Perdonen las molestias

Fábula de las tres erres

Hemos sido noticia en un telediario nacional a cuenta de un camión de Sadeco que mezclaba basura orgánica con inertes

Operarios y un camión de Sadeco Rafael Carmona
Aristóteles Moreno

Esta funcionalidad es sólo para registrados

En el contenedor de la materia orgánica, no hay día que no te ataque una fregona. Abres la tapa para depositar los residuos perecederos y se te abalanza el mocho con la saña de Luisito Suárez en el área pequeña. Quien dice la fregona, dice la garrafa vacía de aceite o la zapatilla de paño de la temporada de catapún. Es en ese preciso instante cuando vuelves a mirar el color marrón del contenedor para verificar si te has equivocado de depósito y has abierto por error el de envases y materia inerte.

Nasti de plasti . No te has equivocado de contenedor. Todo está en orden. Perfectamente en orden. Es decir: la peluca de los carnavales entre las cáscaras de manzana, la raspa del pescado en el interior de la lata de cerveza y tú con la bolsa de detritus seleccionados haciendo el sandalio de cada jueves.

El proceso de reciclaje de residuos sólidos urbanos viene siendo un poema de verso libre en los últimos años, como todo el mundo puede entender a simple vista. Solo hay que observar el bodegón de basura desparramada de la esquina de casa para hacerse una idea de que el sistema va derivando peligrosamente hacia el cubismo picassiano, en el mejor de los casos.

Usted seguramente aparta la basura orgánica en el cubo pequeño que descansa debajo del fregadero. Hará acopio de los restos del estofado, vaciará las hojas de lechuga pochas, sacudirá las migas de telera del mantel franjirrojo. En el cubo grande, a su izquierda , depositará la bandeja de los champiñones, la bolsa de las magdalenas, el «break» de la nata para cocinar, el envase de la pizza y otros cientos de miles de envoltorios que tienen la misión cósmica de cargarse el planeta en un plazo razonable de tiempo.

Al fondo, detrás del frigorífico, se acumulan los cartones en un desorden proverbial. Sobre la encimera, los vidrios esperan alineados su hora. Las pilas alcalinas reposan apelotonadas en el último cajón del mueble blanco. Es usted un ciudadano (o ciudadana) ejemplar . Cumple puntualmente sus obligaciones recicladoras por el bien de la humanidad, desde que este su Ayuntamiento lo educara en el catecismo de las tres erres allá por los albores de la democracia municipal. Ya sabe: reducir, reutilizar y reciclar . El padrenuestro de la sostenibilidad planetaria.

En los ochenta éramos la hostia en verso. Punta de lanza del ecologismo urbano . Vanguardia del compost de alta calidad. Lideramos el espíritu reciclador de la España emergente y los contenedores de colores florecieron como setas en los barrios de poniente y de levante. Los vecinos se sumaron con entusiasmo a la modernidad orgánica que es consciente de su responsabilidad ante la historia y el fin de los tiempos.

Qué ha ocurrido después es difícil saberlo. Lo cierto es que la semana pasada fuimos noticia en un telediario nacional de máxima audiencia a cuenta de un camión de Sadeco que mezclaba la basura orgánica y la inerte en el mismo depósito móvil. Con nocturnidad y alevosía. Los responsables de la cosa atribuyeron a «problemas mecánicos» la quiebra del principio de las tres erres. Un portavoz autorizado aseguró que se trataba de un «caso aislado». El típico caso aislado producto del azar.

No queremos pensar que los problemas mecánicos tienen que ver con el clásico truco para aligerar turnos . No estaría bonito. Ni para el futuro del planeta ni para los sandalios que pierden el tiempo separando la materia orgánica de la inerte, los vidrios del cartón y las pilas alcalinas de la paciencia ciudadana .

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación