La Feria se consume en los últimos sorbos con las ganas de fiesta en todo lo alto

Hay que apurar las últimas horas. La consigna en la Feria de Nuestra Señora de la Salud de Córdoba parece ser que hay que disfrutar hasta el final y a ello se han apuntado muchos. Lo han hecho desde el mediodía en el interior de las casetas , de aquellas en las que se come y se bebe, y desde la tarde en otras muchas.

El calor ha vuelto a ser protagonista de esta jornada de la Feria de Córdoba, de forma que muchos se han recluido en el interior de las casetas y otros muchos han buscado la sombra. Era el momento para despedirse de toda esa estética tan singular que ha marcado los días y las noches de muchos, y que tardará todavía un año en recuperarse y en volverse a disfrutar.

En El Arenal se han visto familias, pero también, como es la tónica, muchos jinetes , amazonas y coches de caballos, que disfrutaron de un día luminoso y radiante, que se hacía más fresco en la presencia lozana de los animales. Conforme caía la tarde, todo cambiaba y parecía que la Feria, por última vez era otra.

Se encendieron las luces y todo comenzó a decir adiós, pero quedaba una larga fiesta para disfrutar, porque será la que se guarde en la memoria para bastante tiempo. Las atracciones no bajaron el ritmo, la bebida siguió fluyendo y las luces continuaron encendidas hasta el amanecer que ya no será de la Feria de Córdoba.