El Gran Capitán, casi invisible para Córdoba: 15 días con una beca al cuello (y nadie lo corrige)

La estatua del Gran Capitán en la Plaza de las Tendillas no parece despertar ningún interés entre las autoridades, instituciones o fuerzas del orden público. Delante de ella pasan cada día miles de ciudadanos, policías, concejales y responsables públicos, pero nadie ha hecho nada por solucionar el último acto de vandalismo que ha sufrido la escultura.

El bronce de Mateo Inurria, con casi un siglo de antigüedad, amaneció el pasado día 2 de julio con una beca estudiantil colgada al cuello. Han pasado más de 15 días desde entonces y el Gran Capitán sigue con la «bufanda», de color bermellón , al cuello. Al menos, hasta ayer por la noche. A nadie parece importarle, no se sabe bien si por desidia, desinterés o el famoso «senequismo cordobés» , el aspecto que tenga Gonzalo Fernández de Córdoba en el centro de la ciudad.

El acto de vandalismo tuvo lugar en la madrugada del sábado 2 de julio, tras una fiesta de graduación de jóvenes estudiantes, según el relato de algunos camareros de la Plaza consultados por ABC. Alguno de ellos debió encaramarse a la escultura para lograr semejante hazaña. Y no es que la beca vaya a provocarle daños a la estatua, pero sí que sufre la imagen de la ciudad. Por la Plaza de las Tendillas pasan cada día cientos de turistas, y es un punto donde los visitantes suelen descansar y tomar fotografías.

Los mismos camareros han mostrado su indignación , y más cuando se acaba de vallar la estatua para proceder al arreglo de la fuente. Los operarios municipales, tras colocar las barreras, han dejado la estatua tal como se la habían encontrado. «Esto es una vergüenza» , lamentaba uno de los empleados de un céntrico local.

Incluso ha habido responsables públicos que se han fotografiado debajo de la estatua sin percatarse de la beca. El pasado viernes, la concejal de Infraestructuras, Amparo Pernichi (IU), dio una rueda de prensa para presentar los detalles del arreglo de la fuente y sus populares «chorros», que van a costar más de 40.000 euros. Quitarle la beca no cuesta nada , pero ahí sigue, colgada como un símbolo de la ciudad.