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Agricultura

Las importaciones agroalimentarias a Córdoba se duplican en una década

Países productores de aceite como Portugal o Túnez, a la cabeza del ranking de mercados de origen

Una planta de procesamiento de ajos Archivo

Pablo Cruz

Los bajos precios de gran parte de los cultivos fueron el principal motivo de Las movilizaciones que protagonizó el sector agrario a principios de este año y que se vieron bruscamente interrumpidas en marzo por la crisis sanitaria del Covid-19. Sin embargo, no era la única causa. Los productores levantaron la voz también por la entrada masiva de alimentos desde países no comunitarios con unos niveles de calidad inferiores a los de aquí, pero que eran muy demandados por ser más baratos.

Las estadísticas avalan ese malestar de la actividad primaria. Un informe del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo revela que las importaciones de productos agroalimentarios en la provincia de Córdoba se duplicó en la última década. Este capítulo cerró 2019 con una cifra de 170 millones de euros frente a los 82,85 millones que se registraron en 2009. La tendencia en lo que va de año ha sido similar, ya que hasta mayo (últimos datos disponibles) las compras de alimentos aumentaron casi un 50 por ciento respecto al ejercicio anterior.

Los cultivos que más se trajeron a la provincia el año pasado fueron el grupo formado por las frutas, las hortalizas y las legumbres , en el que se incluyen los cítricos y los ajos, con un montante total de 74,44 millones de euros, un 100% más que hace dos lustros. Resulta especialmente llamativo el hecho de que las importaciones de aceite de oliva se multiplicaron por siete en este ciclo temporal hasta alcanzar los 47,53 millones de euros. Por último, aparecen los productos cárnicos con unas adquisiciones por valor de casi 15 millones de euros (+43,6%).

En cuanto a los países, el que realizó más operaciones en 2019 fue Portugal con unas ventas desde el estado luso que se situaron en algo más de 53 millones de euros, tres veces más que 10 años atrás. Destaca especialmente el caso de Túnez cuyas transacciones con destino a Córdoba se multiplicaron por 134 en este periodo hasta llegar a los 20,17 millones de euros.

Las organizaciones agrarias y las cooperativas ya han retomado estas movilizaciones. «La situación es la misma que hace seis meses», según afirmó a ABC el presidente provincial de Asaja , Ignacio Fernández de Mesa . En su opinión, el control que realizan las aduanas para controlar la entrada de mercancías desde fuera de la Unión Europea (UE) es «totalmente insuficiente».

El dirigente agrario señaló a los cítricos y al olivar como los cultivos más afectados por este problema. «Reclamamos que a estas producciones que se compran en el exterior se les exija las mismas condiciones desde el punto de vista técnico y social, así como cláusulas de salvaguardia para proteger nuestros cultivos y afrontar, de este modo, la competencia desleal que sufrimos», resaltó Fernández de Mesa.

«Éste es un problema muy importante para nuestro sector». Así lo afirmó el secretario provincial de UPA , Miguel Cobos , quien alertó de que «cada vez son más las producciones que llegan hasta nuestro país desde el resto del mundo y que están compitiendo de manera desleal con las nuestras porque a ellos no se les exige las mismas condiciones que a nosotros en el apartado medioambiental y social». Este dirigente agrario considera especialmente necesario obligar a estas mercancías a satisfacer los requerimientos, al menos, en el capítulo «verde» en cuanto al menor uso de fitosanitarios o más responsabilidad con el entorno. «Entendemos que hacer lo mismo en temas como los salarios o las condiciones de trabajo es muy difícil al haber distintos niveles de vida», indicó Cobos.

Acuerdos bilaterales

Desde su punto de vista, «los acuerdos bilaterales que firme la Unión Europea con terceros países deberían tener en cuenta los problemas específicos de cada cultivo para limitar la entrada del exterior, en algunos casos, o habilitar compensaciones económicas a los productores de aquí, en otras situaciones». Desde UPA también se apuesta por un mayor control de las fronteras en todo el continente para evitar la entrada sin control de alimentos.

Las empresas citrícolas de la Vega del Guadalquivir fueron unas de las primeras que dieron la voz de alarma sobre este problema. El presidente de la asociación Palmanaranja , Antonio Carmona, apuntó que «a medida que han pasado los años hemos sentido más esta competencia, aunque hay que reconocer que en la última campaña su intensidad ha sido menor debido a que sus cosechas han sido inferiores».

El también gerente de la cooperativa Sunaran reconoció que «es complicado poner límites al libre comercio en la actualidad, pero es necesario que a esas producciones que vienen de fuera se les exija las mismas condiciones que a nosotros, no sólo por una cuestión económica, sino también sanitaria para evitar la llegada de plagas, como es el caso del brote de mancha negra que se importó hace algunos años desde Sudáfrica». Este directivo de una entidad agroalimentaria aseguró que a día de hoy el país que más les quita el sueño es Egipto debido a que su campaña de recolección coincide temporalmente con la que se desarrolla aquí, pero «con unos precios menores debido a sus reducidos costes de producción» que dificulta mucho competir en mercados basados en el bajo precio.

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