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Cultura y patrimonio

El interés de los turistas por conocer el Monasterio de San Jerónimo de Valparaíso en Córdoba se dispara

Las 400 plazas de las visitas guiadas hasta el próximo mes de diciembre se agotan en minutos con polémica

Visitantes en el Monasterio de San Jerónimo de Valparaíso en Córdoba VALERIO MERINO

J. M. C.

Desde hace un par de años el enorme éxito que están teniendo las visitas al Monasterio de San Jerónimo de Valparaíso, organizadas por el yacimiento arqueológico de Medina Azahara, en colaboración con la propietaria de la hacienda, Victoria Elena López de Carrizosa y Patiño, la Marquesa del Mérito , se ha traducido, además de que se agotan las inscripciones en apenas unos minutos desde que se abre el plazo para las solicitudes, en un nuevo atractivo turístico de Córdoba.

Una situación que ha provocado no pequeña polémica entre los insteresados en ir a visitar el lugar, especialmente cordobeses, quienes han llegado a insinuar a través de mensajes por las redes sociales que se trata de un reparto de visitas amañado de algún modo, porque no ven posible que 400 invitaciones se puedan agotar vía correo electrónico en apenas dos minutos. De hecho, el plazo se abrió el pasado día 17 , a las 10.00 horas, y muchos aseguran que antes de que transcurrieran cinco minutos ya no había plazas, aunque se daba como límite el mediodía del próximo 14 de diciembre .

No es de extrañar que haya tanta expectación. Se trata de un rincón de la Sierra poco conocido entre los nativos y mucho menos entre los visitantes, considerado una auténtica joya del gótico cordobés , pero con un acceso difícil para vehículos particulares, además de ser una vivienda particular y habitada durante buena parte del año.

No obstante, desde la Administración autonómica se contemplaba el Monasterio como un complemento ideal para el turismo del vecino yacimiento, organizando para ellos excursiones y visitas conjuntas a ambos monumentos patrimoniales de la capital cordobesa. Un planteamiento que tendrá continuidad en el tiempo, aunque sin muchas variaciones.

Así, el director del yacimiento arqueológico de Medina Azahara, Alberto Montejo, ha advertido con que se corre el riesgo de matar a la gallina de los huevos de oro si se fuerza la máquina. «Hay que tener en cuenta que es de propiedad privada y que las visitas las llevan voluntarios de la Asociación Amigos de Medina Azahara con dos pases diarios, y no podemos abusar ni de unos ni de otros», ha añadido el responsable del yacimiento.

Mismos días y número de personas

Eso significa que, por el momento, no es posible ni ampliar los días de visitas a un lugar en el que habita habitualmente una familia, ni tampoco llevar grupos más grandes de visitantes , porque el lugar no es tampoco tan espacioso. Así que la recomendación para próximas ocasiones es «paciencia» y «suerte».

En cuanto a la polémica suscitada por el agotamiento inmediato de las inscripciones, Montejo comentó que no hay ninguna «mano oculta» que favorezca a nadie. Y, de hecho, se aplican los pertinentes filtros para evitar que las mismas personas acudan en más de una ocasión. De hecho hasta el pasado año las solicitudes se realizaban por correo electrónico mediante riguroso orden de llegada y dejó de hacerse por el ingente gasto de papel que suponían guardar las aproximadamente 4.000 solicitudes que llegaban para esas visitas.

Este año se ha utilizado el ARES , el programa informático de reservas de la Consejería de Cultura y «todo se ha hecho desde allí». Lo más probable es que hayan llegado entre 4.000 y 6.000 solicitudes y es el ordenador el que determina la concesión.

Según Montejo, se ha solicitado a la empresa encargada de la plataforma un informe para saber cuántas solicitudes se han enviado y desde dónde llegan antes de elaborar un comunicado para dar a ocnocer el tremendo éxito de esta iniciativa.

Fundado a principios del siglo XV , su sede se constituye como uno de los principales ejemplos del gótico en la provincia, convirtiéndose en el eje del epicentro productivo de esta zona de las estribaciones de la Sierra de Córdoba. Tras su desamortización en 1836, el edificio es abandonado hasta que en 1912 es adquirido por José María López de Carrizosa y Garvey, Marqués del Mérito; a partir de este momento, sus nuevos propietarios comienzan la restauración y recuperación hasta la actualidad.

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