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TRIBUNALES

El juez absuelve a un menor de 16 años de violar a otra de 15 en un botellón en la Feria de Trassierra de Córdoba

El fallo considera que no ha quedado probado que la ingesta de alcohol fuera tan intensa que le afectara a su voluntad

Barriada de Trassierra VALERIO MERINO

P. García-Baquero

Un menor de 16 años ha sido absuelto de un delito de agresión sexual y de abusos a otra menor de 15 años durante un botellón en la feria de la barriada de Trassierra en agosto de 2018 al considerar el juez que no ha quedado acreditado que la bebida le afectara tanto a la menor como para no poder decidir o valorar los hechos.

El fallo del Juzgado de Menores 1 de Córdoba recoge que aunque la menor había ingerido bebidas alcohólicas « no se ha acreditado que ésta fuera de tal magnitud e intensidad que le produjera una merma considerable, ostensible y en grado elevado como para anular o debilitar su capacidad de valorar la trascendencia del acto, y desdibujar su instinto inhibidor». A esto se une, a juicio del titular del Juzgado que «no ha quedado suficientemente acreditado que el menor encausado tuviera conocimiento de la casi eliminación o debilitamiento de sus capacidades intelectivas y volitivas, y por consecuencia de que abusara de dicha circunstancia o situación», tal y como recogía el escrito de defensa del menor del letrado Carlos Fernánez Martos .

El juez de Menores considera probado en la sentencia -que ha sido recurrida por la acusación particular- que la noche del viernes 17 al sábado 18 de agosto de 2018 la menor se desplazó en taxi desde Córdoba junto a una amiga para ir de fiesta con unas compañeras de instituto que residían allí, portando ambas bolsas con bebidas alcohólicas. La menor no había contado nada a sus familiares sobre este plan y llegó sobre las 23.00 horas a la explanada del botellón «El Campito» donde la esperaban dos amigas.

Allí conoció a otros jóvenes que estaban distribuidos en grupos, tomándose tres combinados de ginebra sin haber cenado nada, lo que unió a su edad y falta de costumbre lo que le afectó a su capacidad de discernir. A las 2 de la madrugada la niña, afectada por la ingesta de alcohol acompañó a un grupo de chicos a un lugar de merendero con sillones y mesa de piedra, al que se acude por una zona agreste en un camino lleno de zarzas y vegetación, un lugar conocido en el pueblo por ir allí las parejas a mantener relaciones íntimas, conocido por todos los jóvenes que asistían a la feria.

Una vez que estuvieron en el merendero los chicos le pidieron que les realizara algunos actos sexuales, a lo que ella se negó. Una vez regresó al botellón, acompañada de una joven que la vio asustada y a las 4 de la mañana, habiéndosele disminuido los efectos del alcohol, conoció a dos jóvenes,con los comenzó a juguetear, y éstos le ocultaron sus verdaderos nombres, en un término lúdico y festivo, en medio del botellón.

Acudir al «merendero» por segunda vez

Llegó un momento en que los dos jóvenes pidieron a la niña ir al merendero, cosa que la chica hizo por su propia voluntad y sin ser empujada , o al menos que conste. Una vez llegaron al lugar, uno de los dos jóvenes comenzó a tocarla y besarla, sin que ella se opusiera o lo rechazara, según recoge el fallo al que ha tenido acceso ABC.

Llegado al merendero, este joven que la besaba le pidió al otro que se fuera, -cosa que no hizo sino que se mantuvo en alejado pero en el lugar-. El otro joven tumbó a la menor e intentó satisfacer su ánimo libidinoso sin que la menor se opusiera, por un agujero que la joven tenía en el peto que llevaba, sin que se lo hicera este menor, porque el agujero posiblemente, según la sentencia, era ya existente. La menor dijo que le dolía durante el acto pero no ejerció resistencia ni oposición a la relación, según el fallo judicial.

Una vez que el joven se dio cuenta que se aproximaba gente terminó y se marchó con sus amigos, haciendo lo propio la menor, que regresó con sus amigas.

El juez considera probado además en su valoración de los hechos que no existieron abusos dado que el joven era próximo a la menor en edad y en grado de desarrollo y madurez con la menor, además de que la denuncia pudo tener una motivación y era justificar lo sucedido a su madre, que desconocía que su hija hubiera estado en ese lugar y hubiera tenido relaciones.

La menor regresó en un autobús a Córdoba a primera hora de la mañana a casa de su abuela sin contar nada, y actuando con normalidad. La menor decidió tres días más tarde de los hechos denunciarlos ante la Guardia Civil junto a su madre.

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