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TRIBUNALES

El día que el juez Emilio Calatayud «volvió a nacer» en Hospital de Puente Genil

Sufrió un «jamacuco» cuando viajaba en AVE a Toledo y paró el tren. Ahora rememora ese episodio al cumplirse un año

El juez Calatayud en una imagen de archivo R.L.P.

P. G-B.

El juez de Menores Emilio Calatayud popular por sus sentencias innovadoras y constructivas con los menores infractores ha rememorado en su blog lo que le ocurrió hace ahora un año en tierras cordobesas. El juez granadino recuerda que vivió una de las experiencias más raras de su vida cuando viajaba de Granada en AVE rumbo a Toledo donde tenía previsto «bautizar» un colegio de Numancia de la Sagra con su nombre. Iba acompañado de Magdalena, su mujer, cuando sufrió un jamacuco o síncope, perdió el conocimiento y el AVE tuvo que parar para que lo trasladasen al Hospital de Puente Genil , el centro más cercano del lugar donde frenó el tren en ese momento.

La alarma saltó y el resto de las habladurías en las redes sociales hizo el resto. Al llegar al centro sanitario, los médicos le comentaron que en las redes sociales y por ahí me daban por medio muerto . Sin embargo, fue solo un susto, él ya estaba recuperado y rieron juntos.

En ese momento, del que se cumple ahora un año, el juez prometó a todo el personal del hospital de Puente Genil que iría a darles una charla por el buen trato que les prestaron a él y a su esposa.

El magistrado recuerda ahora su labor y dedica unas palabras llenas de sentimiento a los facultativos pontanenses a los que les recuerda que «los lleva en el corazón y la promesa sigue en pie».

La misiva en su blog concluye con el deseo de que se vaya el maldito «bicho», recordándoles que él y su mujer se han acordado mucho de ellos por la pandemia. En este sentido, Calatayud les reiteró su agradecimiento y mostró su anhelo de que todos estén bien y puedan verse pronto.

Este contratiempo no le impidió llegar al día siguiente a Numancia, entró en el colegio «Emilio Calatayud» a la una de la tarde con el «corazón lleno de agradecimiento». En sus manos no llevaba ninguna de sus ingeniosas sentencias, pero sí un ocurrente regalo: decenas de copias del artículo 155 del Código Civil par alos alumnos. Es el que dice que «los hijos deben obedecer a sus padres mientras permanezcan bajo su potestad, y respetarles siempre. Los hijos deben contribuir equitativamente, según sus posibilidades, al levantamiento de las cargas de la familia mientras convivan con ella». Genio y figura, a este juez le concedieron la Medalla de Andalucía en 2015 .

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