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Apuntes al margen

La «Khalisa»

Isabel Ambrosio se planta ante el partido y exige tener manos libres para su lista de mayo. Que negociación, vale, pero que la última palabra la tiene ella, que nunca se quemaba

La alcaldesa de Córdoba, Isabel Ambrosio junto a la edil Carmen González ÁLVARO CARMONA
Rafael Ruiz

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Isabel Ambrosio , la que nunca se quema [porque no se acerca a lo que arde] , pasó ayer de Isa a «Khalisa ». Es decir, «Khalessi» de las estepas socialistas pero sin el melenón oxigenado que luce Emilia Clark en «Juego de Tronos» , cuya última temporada es de estreno inminente. La alcaldesa y candidata del PSOE siempre ha sido más Beatles que Rolling, más de los Mamas and the Papas que de los Doors . Eso quiere decir que no le van las emociones fuertes , los puñetazos en la mesa, los golpes en el cristal.

Pero ayer, como quien sale de la hoguera con tres dragones entre los brazos, levantó la mano en el comité provincial del PSOE de Córdoba y tomó la palabra para pedir, en una intervención de dos minutos, manos libres para elaborar la lista con la que pretende revalidar su cargo de primera autoridad municipal en las municipales del mes de mayo.

Ambrosio tomó la palabra, con el modo guerrillero «on», para reclamar ante el máximo órgano entre congresos independencia para elegir los nombres de las personas que le van a acompañar en la papeleta . Lo hizo tras semanas de tira y afloja con el secretario general, Antonio Ruiz, empeñado en condicionar el resultado tal y como hizo Juan Pablo Durán hace cuatro años . Ambrosio, en ejercicio inédito, aseguró que quiere el mismo poder que han tenido el resto de cabezas de lista de los municipios donde el PSOE se presenta desde el poder local. Dijo que para mandar en los siete reinos -y esto último es toque de ficción- precisa de los perfiles más compatibles para gobernar -y aquí creo que me ciño a sus palabras-. Negociación, vale, pero quien quiera colocar a los niños que se busque una niñera .

A tanto llegó el golpe en la mesa de la doña , que mandó a los inmaculados (con perdón) a secundarle. Por el atril instalado en el viejo edificio de Medicina - bien visto que una reunión del PSOE se celebre con personal sanitario a mano - pasaron varios cargos orgánicos del partido en Córdoba capital con el objetivo de salir en defensa de la mami de dragones (rompedora de cadenas, reina de los Ándalos y de los Primeros Hombres y/o Mujeres). Que por una vez le estaba echando un par al asunto, circunstancia quizá provocada por la ola empoderada del ocho de marzo o, en su defecto, porque le han tocado las narices por encima de lo que Ambrosio, que en privado tiene genio, está dispuesta a tolerar.

El asunto de fondo se ha contado aquí y por jornaleros de la información más cualificados. La «Khalisa» quiere de número seis a su viejo compañero de fatigas Joaquín Dobladez, a quien no llegó a apoyar abiertamente cuando se jugó el flequillo , y la dirección susanista lo tiene por una concesión impropia a los de Pedro.

Fuera aparte, la gente de la Protectora de Valdeolleros ha ido contando en el «cuore» que prepara una limpieza a fondo del grupo municipal del PSOE con personas de naturaleza contrastada, lo que en el lenguaje de la candidata socialista significa que hayan pasado varios trienios en la Junta. El aparato le aprieta para que coloque en puestos de salida al ciento y la madre del oficialismo, que es como hacerle otra vez la lista a la criatura como hace cuatro años. Y ahora la «Khalisa» ha visto esta ventanita de oportunidad dado que han empezando las huidas de la disciplina susanista ahora que la dirección andaluza del PSOE ha efectuado, con esta opereta de chulear a los ministros , la solemne ceremonia del «sepukku» o «harakiri» . Que consiste en echarse las tripas a la calle de un solo tajo .

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