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TRIBUNA LIBRE

Más sobre el bombardeo de Cabra

«Si se escribe del bombardeo de Cabra es obligatorio citar los bombardeos y la represión nacional en El Viso o Guernica; pero si se escribe de la villa vasca no se debe hablar de Cabra»

Familias tras el bombardeo de Cabra BIBLIOTECA NACIONAL

Estudio y Acción

Desde Estudio y Acción queremos contestar brevemente al doctor en Historia Francisco Navarro López , quien ha publicado días pasados el artículo titulado «Lo que no interesa contar sobre el bombardeo de Cabra».

La opinión de los expertos a los que hemos consultado nos permite afirmar que, aunque los reconocimientos aéreos negaban la presencia de tropas, las órdenes no se cursaron en el sentido de un bombardeo dirigido contra la población civil, sino que el jefe del Ejército de Andalucía, coronel Domingo Moriones Larraga , hizo caso de unos fantásticos informes del SIEP (Servicio de Información Especial Periférico) que sí transmitían que había concentraciones de tropas en la población. Esta información no es óbice para que, ese mismo mando, fuera conocedor de que las tropas nacionales tenían orden de vivaquear a no menos de seiscientos metros de los pueblos, precisamente para evitar los bombardeos, por lo que sorprende el atrevimiento que tan nefastas consecuencias tuvo.

Los republicanos habían capturado en verano de 1938, en Extremadura, una copia de dicha orden, lo que menciona el jefe de la Segunda Sección del Estado Mayor del Ejército de Andalucía, mayor de Milicias Gonzalo Rodríguez Gamarra , en un informe relativo a la 34ª División enemiga, al parecer, según informe del SIEP, localizada en Cabra, fechado el 8 de noviembre de 1938, el día siguiente al bombardeo.

Es decir, cuando leemos que en Aguilar, Baena, Valenzuela o en otros pueblos estaban acantonados los batallones tal y cual debemos entender que las tropas vivaqueaban en el campo a más de seiscientos metros del núcleo urbano, en el que es posible que estuviesen las planas mayores (con sus escribientes, ordenanzas, cocineros, etc.), servicios de Transmisiones, Intendencia (almacenes, panificación, carnización, etc) y otros. Pero batallones, escuadrones y baterías, la fuerza en general, los objetivos rentables para un ataque aéreo, estaban en el campo y los republicanos lo sabían o debían saberlo.

Alude Navarro a las víctimas militares del bombardeo para demostrar la fuerte presencia del Ejército del Sur en Cabra . Pues bien, los muertos fueron dos cabos y ocho soldados que vigilaban a los prisioneros republicanos, de los que también murieron dos. También murió el teniente Enrique Montoya Villasán , que estaba en cama, en su casa, disfrutando un permiso tras combatir en el Ebro, y que en ese momento no contribuía demasiado al esfuerzo de guerra nacional.

Hay otras cuestiones menores, tales como que el bombardeo sobre Albendín y Luque no fue el 15 de noviembre, sino el día 8, y no coincidimos con el traslado del jefe de la infantería divisionaria de Luque a Baena.

Entendemos que cuando se condenan los bombardeos aéreos sobre poblaciones deben condenarse todos , sin excepción ni justificación, ni siquiera aludiendo a la presencia de dos compañías de Servicios. Porque, ¿qué le dirían a un autor que osara decir que condenaba el bombardeo de Guernica pero que allí había una compañía de Infantería (la mandada por Joseba Elósegui ), un puente y una fábrica de armas? ¿Y al que, condenando los bombardeos italianos sobre Barcelona de marzo de 1938, mencionase la existencia de doscientas fábricas dedicadas al esfuerzo de guerra en la Ciudad Condal , según confesión del mismísimo Companys al periodista francés Jean Braman ?

Al igual que otros autores, Navarro, entendemos que por moda, vemos como mete la «cuña» y censura a los que han escrito sobre Cabra y Baena, Antonio Arrabal y Julio R. Fernández , que no «compensen» ese desliz republicano con una clara y contundente condena de otros hechos perpetrados por el bando nacional, «el contexto», compensación que parece de obligado cumplimiento hoy día.

Pues bien, los trabajos de Arrabal y de Fernández comprobamos que se ciñen a unos hechos muy concretos lo que sin duda no obliga a tratar otras cuestiones. Y otra «compensación» obligada: la cita de los bombardeos nacionales sobre pueblos de la provincia. Es decir, si se escribe del bombardeo de Cabra es obligatorio citar la represión nacional y los bombardeos de Guernica o El Viso; pero si se escribe de la villa vasca no se debe hablar de Cabra. Curioso que en este caso no haya contexto. La larga guerra civil dejó episodios terribles y el bombardeo de Cabra es uno de ellos sin matices ni excusas.

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