Paseo a Mirabueno, el barrio de Córdoba inacabado

Se hizo mal hace 11 años, en 2007, con un sinfín de pequeñas carencias -que juntas suman un gran cúmulo de incumplimientos en la obra-, y ahora se pretenden solucionar de golpe todos los defectos de la urbanización en Mirabueno , entre el barrio del Naranjo y el parque de la Asomadilla. Los vecinos de la zona, que aseguran no tener ninguna relación con la denuncia presentada por Ciudadanos , afirman que las cosas no se pueden quedar así, con una obra inacabada en la que se han gastado cerca de millón y medio de euros suplementarios. Reclaman un modificado urgente que remate todo lo que se quedó sin hacer.

Urbanismo sabe de sobre cuáles son las carencias, afirman los vecinos. Por un lado, se acumulan todos esos defectos que no estaban recogidos en el segundo proyecto de 2012 para rematar el trabajo y que «resultan imprescindibles resolver por haber dejado pasar seis años con elementos que ya se han estropeado», comentan. Además, se encuentran todos aquellos elementos que no se realizaron en el proyecto acometido por Urbanismo que, supuestamente, tendría que haber acabado con toda las carencias que el promotor dejó sin terminar. Buena parte de esos problemas sí que se encontraban en el proyecto de la Gerencia , afirma el informe reclamado por Ciudadanos, pero extrañamente nunca se llegaron a realizar.

A este grupo, afirman los vecinos, pertenecen las nueve fuentes para beber que están sin funcionar repartidas por toda la zona o el ajardinamiento de una franja de la calle principal, Alhelí, donde se acumulan jaramagos y maleza de elevada altura a sólo cinco metros de las viviendas con el riesgo de incendios que eso supone.

Los vecinos incluyen también un carril-bici elaborado con una franja pintada de rojo sobre hormigón, que ya se ha levantado dos veces y que tenía que haberse elaborado con un material adecuado. Aseveran que es preciso hacer uno de los tres pozos previstos para abastecer el aljibe que da servicio al barrio. Faltan más de dos kilómetros de bordillos que eviten la invasión de tierra y hierba en las aceras. Es precisa la instalación de unos 18 parterres con sus correspondientes bordillos de confinamiento. No se colocaron otras 550 plantas de 70 centímetros de altura o la sustitución de dos barreras de gigantescas madreselvas por otras 1.200 plantas de la misma especie que «no se han tratado nunca y ahora constituyen un nido de ratas gigantescas, culebras y todo tipo de bichos».