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FIESTAS

Los patios de Córdoba brillan en Navidad en Santa Marina

Seis recintos tradicionales llenan de pascueros y música de villancicos el barrio más torero de toda Córdoba en una jornada única

Dos visitantes a uno de los patios de Santa Marina ÁLVARO CARMONA

Rocío Górriz

SOLÍA decir el escritor Jorge Luis Borges que «el patio es el declive por el cual se derrama el cielo en la casa». Sin embargo, los seis patios que abrieron ayer sus puertas en la zona de Santa Marina son mucho más. El fiel reflejo del alma de sus propietarios.

Desde las seis de la tarde hasta las diez de la noche cientos de visitantes llenaron los patios situados en Pedro Vedugo, 8; plaza de San Rafael, 7; Mariano Amaya, 4; Ocaña, 19 y Parras, 5, 6 y 8. Sus propietarios coinciden en que «cada año se incrementa progresivamente la afluencia» y que se esperaba que «en una jornada rondaran las 800 personas», cuando en el Festival de los Patios de Mayo se calcula en torno a 2.000 al día.

«La maravilla del lugar en el que vivimos»

Ricardo González, dueño del patio situado en la calle Ocaña, 19 (más popularmente conocido como Patio de Las Beatillas), tiene claro que «en el éxito de esta iniciativa tiene mucho que ver el reconocimiento de la Unesco a los Patios como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad . Llevamos mostrándolo cuatro o cinco años en estas fechas y estamos muy contentos». Y no sale gratis: «Esto tiene un trabajo inmenso ya que después del verano hay que tirar el 80% de las plantas, que mueren por el calor. Únicamente se salvan las de hoja perenne y poner todo esto a punto conlleva casi un mes de trabajo. Pero es bonito volver a ver tu casa con los ojos de quien la visita porque muchas veces no apreciamos la maravilla de lugar en que vivimos», afirman.

El trasiego de visitantes es continuo de una calle a otra y recalan con muchas expectativas en la calle Parras, donde están tres de los patios más populares. Maribel Navajas es la dueña del que está en el número 5 y lleva seis años vistiéndolo de Navidad . Este año, las mariposas y los motivos nevados decoran cada rincón entre pascueros, ciclámenes, alegrías, azaleas y begonias. Pero, ¿cómo es posible mantener las plantas tan lozanas en pleno invierno? Ella lo tiene claro: «Regarlas un par de veces en semana y mantener una temperatura más o menos constante con el techo abatible del patio. En invierno esta zona nunca baja de diez grados».

«El Premio de Honor»

Otros aprecian los pequeños detalles y la historia de cada casa, como la del número 6 de esta misma calle, donde nació el poeta Pablo García Baena. «Todos los patios son maravillosos pero este es único, especial porque tiene historia», dice su actual dueña, Rosario Cantillo, que recibe feliz a amigos y vecinos, mientras que su hijo Rafael Lucena atiende al resto de visitantes y les explica cada curiosidad, como los antiquísimos candiles de aceite que adornan las parades o el misterioso pozo de quince metros de profundidad que preside el patio. Sin duda, éste es una de las joyas de la corona de la ruta pues aglutina decenas de premios concedidos durante el mayo cordobés. ¿El último? «El Premio de Honor», afirma Rafael.

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