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HISTORIA

Unas pocas décadas que se hicieron eternas en Córdoba

La ciudad de Abderramán III apenas estuvo activa medio siglo, pero su huella ha perdurado en la historia y en el paisaje

Recepción de Abderramán III en Medina Azahara, en un óleo de Dionisio Baixeras UNIVERSIDAD DE BARCELONA

LUIS MIRANDA

Hay lugares por los que siempre pasa la historia y se suceden las civilizaciones unas detrás de otra, sin que ni siquiera cambie el nombre más que para adaptarse. En algunos de estos sitios el tiempo pasa como un viento que no deja más que un poco de erosión y podrán cumplirse años sin que la huella en la historia trascienda del normal paso del tiempo. En otros la huella es perdurable con el paso del tiempo. Más raros son aquellos que apenas están unos años, no más que un parpadeo en el caudaloso río de la historia , y sin embargo su memoria nunca se marcha, ni en lo físico ni en lo documental.

La ciudad de Córdoba respondería al segundo tipo, al de aquellas ciudades que desde que nacieron las primeras casas comenzaron a atraer la atención de quienes habitaron cerca y mantuvieron su atracción al paso de las civilizaciones, que se superpusieron una detrás de otra dejando una huella que no destruía a las demás. Las últimas son mucho menos frecuentes, pero en la lista está Medina Azahara . Su periodo de vida útil no llega a los tres cuartos de siglo, pero su importancia histórica, la fascinación de su arquitectura y la huella que ha dejado le han valido la declaración de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

En su magna obra « La ciudad califal de Medina Azahara . Arqueología de su arquitectura», el que fue director del yacimiento, Antonio Vallejo , hace un recorrido por su construcción y recuerda que en los alrededores ya hubo algún asentamiento humano anterior, según la arqueología. En la época en que se empezó a planear Medina Azahara Córdoba crecía por sus arrabales , es decir, por los barrios que se construían fuera de los muros, y estos buscaban sobre todo la zona oeste y las fértiles tierras de la margen derecha del Guadalquivir. En la Sierra se construía poco.

¿Por qué escogió Abderramán III precisamente este lugar? Como recuerda Antonio Vallejo en el libro, que publicó la editorial Almuzara, esta zona al pie de la Sierra no parecía tener muchos valores estratégicos o defensivos . Sí había facilidades para el sistema hidráulico y para el acceso a materiales de construcción, pero no era ni mucho menos el único lugar en las afueras de Córdoba que tenía estos valores.

Vallejo concluye que se escogió este lugar por sus valores paisajísticos , por el hecho de que se podía ver desde muchos kilómetros alrededor. Y se construía precisamente para eso, para que se viera, para la función propagandística de representar. Aquel lugar visible desde Córdoba y desde una amplia zona de la vega del río tenía que contar al mundo el poder de Abderramán III , que se había proclamado califa en el año 929 y que ocho años después había conseguido la unificación de todos los reinos musulmanes de lo que ya se llamaba Al Ándalus.

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