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CRIMEN DE CABRA

Vecinos de Cabra tras el asesinato de un joven: «No damos crédito a esto. Estamos impactados»

Los egabrenses viven una jornada de impacto y estupor entre un mar de rumores y lamentos por el trágico suceso

El alcalde de Cabra junto al resto de la corporación municipal, frente al Ayuntamiento F. OSUNA

J. Pino / F. Osuna

María de la Sierra aún está aturdida viendo el ajetreo alrededor de su casa, cerca de la calle Victoria Kemp. «A mi marido lo paró la Policía a las 5.30 horas justo cuando salía a trabajar. Nosotros no escuchamos nada raro». Es una vecina del llamado sector residencial R2, una urbanización de nuevo cuño pero con pocos bloques aún, situada en el acceso oeste de Cabra , por el llamado Junquillo, y a escasos metros de la Ciudad de los Niños. Allí encontraron el cuerpo de Agustín P. M., 26 años . Algunas fuentes apuntan un número elevado de puñaladas. Y todo, a unos metros de donde había dejado el coche. Allí estuvieron gran parte de la jornada numerosos agentes de paisano y uniforme revisando rincones, tomando fotos y rastreando alguna pista para esclarecer este crimen.

La noticia corre como un reguero de pólvora por las redes sociales y los móviles casi al alba. Comienza la ceremonia de la confusión. La quiniela de las identidades. Las fotos de las supuestas víctimas. El estupor en una localidad tranquila , sin estridencias, en la que hay que echar la vista muy atrás para volver a encontrarse con una muerte violenta de esta magnitud.

«No damos créidto a esto. Estamos impactados . Dos chicos jóvenes, buenas personas, con sus estudios, y ese acto tan sanguinario...», comenta Juan en la plaza de España frente a la concentración de la corporación municipal que se va formando a mediodía para guardar unos minutos de silencio y mostrar su repulsa.

«La zona se quedó sin iluminación por el robo de cable. Ahora iban por allí parejas a buscar intimidad»

El propio alcalde, Fernando Priego , lleva enganchado al teléfono desde la madrugada. Acaba de tener un encuentro con la Policía Nacional y Local. Se ha decretado el secreto de sumario por el Juzgado de Instrucción número 1. No hay detalles, todas las líneas de investigación abiertas y un mensaje claro: «Deseamos trasladar al a ciudadanía un mensaje de serenidad ante este lamentable y puntual suceso». Es uno de los párrafos que el regidor lee tras consensuarlo en la junta de portavoces. Los egabrenses están impactados. El macabro suceso ha roto la placidez de septiembre, su mes por antonomasia, en el que reina un estado-burbuja en torno al culto de su patrona la Virgen de la Sierra .

El pueblo entero es un hervidero de rumores . Algunos de muy mal gusto, como el que alude a un posible suicidio en una barriada de la ciudad vinculado a los hechos. Difícil de contener tanta pulsión informativa. Mientras las cámaras de televisión graban totales y pequeñas entrevistas a los vecinos de a pie, un chico joven que merodea por la plaza de España explica que la zona del PAU-R2 «lleva oscura por las noches algún tiempo». Este punto sufrió un robo de cableado que dejó zonas sin apenas iluminación. «Era aprovechado de vez en cuando por parejas que iban allí a buscar su intimidad . Nunca hemos escuchado que hubiera habido problemas de inseguridad, agresiones y esas cosas», señala de forma pudorosa.

Las cámaras de vigilancia existentes en el recinto de recreo de los más pequeños -muy transitada- pueden ser claves para fijar algunos indicios contundentes . La Ciudad de los Niños está a escasos metros de donde Agustín y la chica que lo acompañaba aparcaron el vehículo.

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