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La exdirectora contable de la Faffe acusada de tapar los gastos en prostíbulos: «Me enteré por la prensa»

Anna Valls, acusada en el juicio de los pagos con tarjetas de la entidad de la Junta de Andalucía, dice que no le preguntaba a su jefe dónde se gastó 14.737 euros en una noche de fiesta en el club Don Angelo y pensó que había estado tomando copas con amigos

El exdirector de la Faffe en el juicio: «En un local de alterne uno toma copas y pierde las facultades mentales»

La exdirectora económica-financiera de la Faffe, Anna Valls, llegando a la Audiencia de Sevilla Eduardo Briones /Ep
Antonio R. Vega

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Anna Valls Roc, la que fuera directora económico-financiera de la fundación pública para formar a los parados andaluces, conocida como la Faffe, ha declarado este martes ante el tribunal de jurado que se enteró «por la prensa» de que su antiguo jefe Fernando Villén Rueda, exdirector general de esta extinta entidad de la Junta de Andalucía, se iba a prostíbulos con las tarjetas oficiales. Ambos están siendo juzgados en la Audiencia Provincial de Sevilla por los pagos por un importe total de 32.566 euros efectuados en clubes de alterne con dinero de esta fundación que se financiaba, principalmente, con subvenciones de la Junta de Andalucía para cursos.

La Fiscalía Anticorrupción solicita cuatro años de cárcel para ella y seis para su antiguo jefe. Considera que ella se dedicaba a encubrir las disposiciones que éste hacía del dinero de la fundación para una decena de fiestas en locales donde se ejercía la prostitución. De este modo, trataba de «hacernos creer que devolvía el dinero» empleado de manera indebida en los burdeles, argumenta el fiscal Fernando Soto. Para ello se confeccionaban facturas de comidas, viajes, dietas en concepto de desplazamiento y otros anticipos sin ningún tipo de explicación, según el Ministerio Público, que señala a Valls como cooperadora necesaria de un supuesto delito continuado de malversación de caudales públicos, en concurso con un delito continuado de falsedad en documento oficial cometido por funcionario público.

A preguntas del fiscal Fernando Soto, la exdirectiva que tenía la llave de la caja en la que se producían las devoluciones y anticipos de gastos se ha presentado como una persona «totalmente engañada» por su jefe ante el jurado que va a decidir si la considera inocente o culpable. Ha subrayado que ella «no tenía necesidad de encubrir» dichas prácticas irregulares.

Un «gran bochorno»

«Jamás hubiera permitido que se hubiera desviado un gasto personal», ha proclamado en el juicio, donde también ha expresado el «gran bochorno» que ella y otros trabajadores de la Faffe sintieron cuando se enteraron de que el máximo responsable de la entidad pública, que también era secretario de Empleo del PSOE andaluz entre 2008 y 2010, «no hizo un buen uso de la tarjeta». Con este eufemismo se refería a los pagos realizados durante seis años (2004-2010) en los locales hispalenses Don Ángelo, Lux, La Casita o American Show Girls o el gaditano Bahía 2.

Durante un interrogatorio que ha durado casi tres horas, la acusada ha relatado que ella no entraba en el detalle de la contabilización de los gastos porque su departamento, que contaba con 14 personas, tramitaba del orden de 100.000 facturas al año. Como otros trabajadores de la Faffe tras su extinción en 2011, Valls se integró en el Servicio Andaluz de Empleo, donde desempeña actualmente un puesto de mando intermedio de asesoramiento financiero y de control de auditoría.

«Dios mío, ¿en qué se lo habrá gastado?»

El fiscal le preguntó a Valls cómo no habían saltado las alarmas al conocer que en una sola noche, del 22 al 23 de marzo de 2010, coincidiendo con una crisis en el Gobierno andaluz, Villén efectuó 15 cargos en la tarjeta en el club Don Angelo por una suma total de 14.737 euros. La exdirectora contable ha relatado que se quedó «descuadrada» porque la tarjeta tiene fijado un tope de gasto de 3.000 euros, pero que «no le preguntó [a su jefe] dónde había estado». Admite que le sorprendió la cuantía y pensó: «Dios mío, ¿en qué se lo habrá gastado?». La persona que llevaba el control de las cuentas de la Faffe lo atribuyó a que Villén habría estado «tomando copas con amigos».

Una mención aparte tuvo el episodio de los 14.737 euros que Villén entregó en un sobre a su chófer en la entidad pública para que se lo llevara al responsable del club de alterne Don Ángelo después de que se anularan los 15 cargos en la tarjeta oficial en la fiesta donde participó dos días antes. Valls ha contado que el exdirector de la Faffe le había indicado que «no se reconocía en esos importes» y que «alguien habría usado la tarjeta en su nombre». Dicha anulación no quedó reflejada en la contabilidad de la Faffe, pero la exdirectiva explicó que no era necesario puesto que se había cancelado el gasto.

En el juicio, a petición del fiscal, se escuchó la grabación de un técnico de la Faffe que, siguiendo instrucciones de Valls, llama al banco que había expedido la tarjeta para alertar de su presunto extravío, pero finalmente el supuesto robo o pérdida no fue denunciado a la Policía, como se suele hacer en estos casos. «Si el titular de la tarjeta es el señor Villén, le correspondía a él denunciarlo», contestó Valls a preguntas de la juez que preside el tribunal, Mercedes Alaya.

En la grabación queda en evidencia que al menos el trabajador de la Faffe que llama al banco tiene delante el detalle de los cargos efectuados en la tarjeta esa noche, puesto que indicaba al empleado del banco que el último pago se había realizado a las 2.48 horas de la madrugada del 23 de marzo de 2010. 

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