Funcionarias de prisiones, el coraje de unas mujeres en territorio hostil
En los 20 centros penitenciarios de Andalucía hay 12.588 reclusos y 5.312 funcionarios, 1.725 de ellos mujeres
Las vigilantes de seguridad trabajan en módulos masculinos, con presos peligrosos y depredadores sexuales
«Hay presos que llevan muy mal que una mujer les llame la atención»

Si los funcionarios de prisiones son los grandes desconocidos al trabajar en centros penitenciarios, dedicarse a esta profesión siendo mujer supone ser aún mucho más invisible. Son muchas las mujeres andaluzas las que han elegido esta profesión y, pese a que generalmente se cree ... que sólo trabajan con reclusas, la realidad es que no es así.
En Andalucía hay 20 centros penitenciarios: 14 prisiones, cinco Centros de Inserción Social y un psiquiátrico. Según datos facilitados a ABC por Instituciones Penitenciarias, relativos al pasado mes de diciembre, en estos centros hay 12.588 presos —contabiliza también los que están en tercer grado—.
Para custodiarlos y atenderlos, hay 5.312 funcionarios de las que sólo 1.725 son mujeres, una cifra en la que están incluidos los vigilantes y todo el personal que trabaja para Instituciones Penitenciarias. En el año 2018 eran 1.423 mujeres, por lo que, en el ámbito penitenciario, como en el resto de la sociedad, la incorporación de la mujer ha sido paulatina pero imparable también en el sector de prisiones.
Estas funcionarias se enfrentan no obstante a mayores dificultades: trabajan cara a cara con presos, algunos de ellos muy peligrosos, y son frecuentes las agresiones sexuales y las situaciones de acoso y falta de respeto que soportan este entorno tan adverso. No hay que olvidar que el 92% de los reclusos en España son hombres.
Joaquín Leyva es el portavoz de Acaip-UGT en España y conoce bien las prisiones. Según explica, cuando comenzó a haber funcionarias en módulos de hombres, hace algo más de 15 años, había cierto «respeto por parte el interno. Al final la delincuencia es machista y un alto porcentaje del delincuente lo es. Primaba entonces sobre todo ese machismo caballeresco: las respetaban por ser mujeres, una actitud un poco retrógrada pero que en ese sentido jugaba a favor de estas compañeras.
Ahora, indica, se ha invertido la tendencia por los cambios generacionales de la delincuencia, «y la entrada en prisión de un mayor número de población extranjera que culturalmente tiene un machismo mucho más interiorizado. Lo estamos notando. Muchos reclusos desprecian a las funcionarias por el simple hecho de ser mujeres. Ha habido agresiones sexuales, insultos y actitudes nada acordes con lo que debe ser la relación interno/trabajador penitenciario. Un recluso no puede permitirse el lujo de piropear o tener una conversación subida de tono con un trabajador penitenciario y mucho menos con una trabajadora», asegura.
«La delincuencia es machista y hay agresiones sexuales»
Y en este entorno, se riza el rizo: «No hay que olvidar que muchos presos están en la cárcel por delitos sexuales y su deseo no se ve inhibido por estar recluido, sobre todo cuando se unen problemas de enfermedad mental. Por tanto, es evidente que las compañeras se enfrentan a un peligro mayor que al de los compañeros, que sufren violencia pero de otro tipo», indica Leyva.
Por ello, desde Acaip-UGT se aboga por trabajar en eliminar estas actitudes en los reclusos y reclama que sean consideradas agresión al trabajador penitenciario. «Salvo que ocasionen una lesión, que además provoque baja médica, la institución no lo considera agresión, y eso es inadmisible. Debemos corregirlo para que el interno no salga impune de este tipo de situaciones hacia nuestras compañeras».
Compañerismo
En cuanto al día a día entre compañeros, Acaip-UGT sostiene que no hay diferencias por género: «No es nada distinto a lo que puede suceder en otros ámbitos laborales. Siempre puede haber algún energúmeno o energúmena. Al principio quizá había cierta condescendencia o actitud paternalista por parte de algunos compañeros más veteranos pero eso se ha corregido y la convivencia es totalmente ordenada. No hay problemas de este tipo».
Y es que cada vez son más funcionarias. Desde este sindicato se destaca que cada vez hay más opositores andaluces que aprueban y que el porcentaje de aprobado ya es del 55% de mujeres.
«Las plantillas de los centros penitenciarios de Andalucía están cada vez más consolidadas. Antes había ciertas prisiones de paso, como Algeciras, Puerto III o Morón. En estos últimos años se han consolidado y hay más mujeres», indica a este diario.
Eso sí, advierte de que las próximas y numerosas jubilaciones pueden dejar a las prisiones andaluzas en cuadro si no se convocan plazas suficientes durante los próximos años.
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