Granada pone multas por llevar diademas de pene en despedidas de soltera
El Ayuntamiento, que tiene una ordenanza para sancionar a quienes celebren el fin de su soltería de manera «indecorosa», realiza una consulta entre sus vecinos para combatir los excesos que se cometen en las despedidas

Ruidos a toda hora del día, gritos, vestimentas ridículas, borracheras nocturnas y a plena luz del día, referencias sexuales muy explícitas en camisetas y adornos… Hasta se ha visto a un burro en pleno centro de Granada con una chica vestida de novia encima. ... Y el burro, claro, se hacía sus necesidades en la calle.
Para combatir el problema, el Ayuntamiento tiene la Ordenanza de Convivencia desde el año 2009, pero salta a la vista que no es suficiente. Ahora va a hacer efectivo el término participación ciudadana. Va a adaptar la norma teniendo en cuenta la opinión de los que viven en Granada todo el año y soportan esos excesos.
Según informaron a ABC fuentes municipales, en todo este tiempo sí que se han impuesto multas por llevar encima de la cabeza diademas con penes de plástico, algo que exhiben sin mayores miramientos algunas chicas que vienen a Granada desde otros puntos de Andalucía, y también desde Murcia o Valencia, para despedir la soltería de una componente del grupo de amigas. Desde el Consistorio no han especificado la cuantía de la sanción.
También se ha multado a personas que en las despedidas de soltero o soltera utilizaban megáfonos, puesto que el uso de este elemento sólo está permitido en caso de concentraciones o manifestaciones previamente autorizadas.
Fuentes municipales no han podido precisar la cuantía de esas multas. Alegan que las impuso el anterior equipo de gobierno y que no tienen datos precisos. No obstante, la citada Ordenanza de Convivencia tipifica esas dos faltas como de carácter leve y establece para ellas una sanción que va desde un euro hasta los 750.
Bares que no admiten a clientes de despedidas
Granada cada vez hay más bares que tienen colgado en la puerta un letrero: «No se admiten despedidas de soltero/a». Los hosteleros justifican esa medida porque entienden que ese tipo de fiestas, en lugar de dejarles dinero, lo que les deja son problemas.
«En muchos casos se van sin pagar sus consumiciones, forman mucho jaleo y espantan a nuestra clientela habitual», explica el propietario de un conocido y céntrico local. Él puso el cartel, claro. También lo puso otro empresario que regenta un bar en el céntrico barrio del Realejo. Reconoce que al principio, cuando abrió, dejaba entrar a los que venían en modo despedida. «No me quedaba otro remedio, estaba empezando, había que pagar muchas cosas y lo vi como una fuente de ingresos». En cuanto el bar se estabilizó y pudo permitírselo, hizo efectiva la prohibición.
Habida cuenta de la mala prensa que tienen estas celebraciones entre los vecinos, el portavoz del grupo municipal del PP, Jorge Saavedra, ha anunciado este viernes que el próximo lunes 31 de julio se va a abrir «un proceso participativo» para que sean los granadinos los que aporten sugerencias sobre las despedidas. Y de paso sobre la aglomeración de personas en los botellones.
No se trata de prohibir nada, sino de «conciliar» la diversión con el derecho al descanso «y a una vida tranquila» de los ciudadanos, aclaró. Su compañera de equipo de gobierno Ana Agudo, responsable de Participación Ciudadana, incluye en ese mismo apartado al turismo masivo, «que también debe adaptarse a esa conciliación». El proceso participativo consiste en una consulta pública a través de la web del Ayuntamiento de Granada.
Dentro de un mes, cuando presumiblemente ya se contará con un número de sugerencias razonable, el ayuntamiento añadirá un nuevo capítulo a la citada ordenanza, recogiendo las que considere oportunas. Será el paso previo a la aprobación por parte del pleno, que se producirá en una fecha aún sin concretar.
Saavedra hizo hincapié en que algunas medidas ya existen en la actualidad. Se sanciona, por ejemplo, que la gente vaya por la calle «sin ropa o con ropa inadecuada», y ha recordado que las multas, en algunos casos, pueden llegar a los 750 euros. No se tiene constancia de que se haya multado a alguien por ir desnudo por la calle, lo que se considera un incumplimiento grave de la ordenanza. De hecho, hay un personaje muy conocido en la ciudad, llamado Olmo, que tenía la costumbre de andar sin ropa por las calles del Centro e incluso se encaramó a fachadas de edificios emblemáticos, como el de la Real Chancillería, actual sede del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía.
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