Enrique Morente ya cuenta con una fundación en Granada para proteger y difundir su legado
La presentación, en la Huerta de San Vicente, reúne a su viuda y sus tres hijos y ahonda aún más en la relación entre el cantaor y el insigne poeta granadino
Aurora Carbonell destaca que la misión de esta institución será fomentar el arte «en todas sus disciplinas» pero con especial hincapié en el flamenco

«Morente ha muerto, ahora es leyenda», escribieron sobre Enrique Morente en 2010, cuando falleció en la ciudad que le había visto nacer 68 años antes, Granada. Su legado artístico es amplísimo, de su carácter rompedor, iconoclasta y heterodoxo se hablará siempre, es historia viva del flamenco, pese a que ya no esté.
Para que todo eso no se pierda nace ahora en Granada una fundación artística y cultural que lleva el nombre del cantaor y que fue presentada en la noche del miércoles 20 de septiembre en un lugar que a él le habría encantado: la Huerta de San Vicente, donde residió Federico García Lorca, a quien él cantó en varias ocasiones, por ejemplo en su inmortal disco 'Omega'.
Fue un acto flamenco, no podría haber sido de otra forma, en el que participaron su viuda, Aurora Carbonell, y sus hijos Estrella, Soleá y Kiki. Cantaron y tocaron porque esa es la mejor forma de apelar a su memoria. Hay gente en Granada que lleva una camiseta con el lema «Morente vive». En ese acto quedó bien patente.
El nombre oficial de la fundación es 'Enrique Morente, Casa de la Tradición y la Traducción' y está dirigida por José Manuel Medina, aunque el protagonismo en la presentación no se lo llevaron ni él ni los políticos presentes en el acto, como la alcaldesa de Granada, Marifrán Carazo, o la consejera de Fomento de la Junta de Andalucía, Rocío Díaz.
Fue para Aurora Carbonell, que explicó que puso el acento en que la fundación tendrá «un marcado carácter social y cultural» y que su misión será «fomentar el arte en todas sus disciplinas, con especial atención a la música, la danza, la literatura, las artes escénicas, las artes gráficas, la escultura y, en particular, el flamenco, tanto en el cante, como en el toque o el baile». El flamenco, recordó, es desde 2010 Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco.
Obviamente, la fundación también se dedicará a atesorar y proteger el legado artístico de Enrique Morente y conservar, difundir y expandir su obra «profundizando en su testimonio, fomentando, desde su mirada, el conocimiento de la tradición más ancestral del flamenco y su renovación constante, potenciando la creación, como herramienta y motor esencial que permita enriquecer, traducir y ensanchar todos los horizontes del flamenco y del arte en general», afirmó su viuda.
«El Picasso del cante»
Definió a Enrique Morente como «el Picasso del cante, porque le planta tres narices y dos bocas«, haciendo alusión así a su eclecticismo y su afán por alejarse del purismo. Y fue, además, »un defensor acérrimo de los derechos humanos y un maestro, aunque siempre dijera que era un discípulo«.
Tras su intervención hubo un coloquio centrado en la carrera musical de Morente y moderado por el mencionado José Manuel Medina. Y después, palmas, cante y toque a cargo de Estrella, Soleá y Kiki, para quienes la fundación es «un sueño hecho realidad». Estrella la definió como «sinónimo de creación, libertad y expresión« y pronosticó que será »trascendente para las nuevas generaciones y los tiempos venideros, porque todo lo que tiene que ver con Morente es luz y camino«.
Kiki recordó que los actos de reconocimiento no le gustaban mucho a su padre, aunque sí que apoyaba de forma discreta muchas causas, y Soleá dijo que el acto fundacional le traía «muchos recuerdos» de una etapa en la que estuvo artísticamente ligada a su padre, una «mente ecléctica«. Incluso el propio Enrique habló, aunque obviamente a través de una grabación. Y en sus palabras evocó a Lorca, con lo que la fusión entre el motivo de la velada y el espacio donde se celebraba fue aún más estrecho.
No faltaron los flamencos, claro, como Carmen Linares o Mariquilla. Y asistió también Laura García Lorca, sobrina del poeta granadino más universal, quien significó que Morente «puso al flamenco en un pedestal que desde entonces es imposible de alcanzar».
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