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Semana Santa de Sevilla

La madre de Luis Rubiales abandona la huelga de hambre

Ángeles Béjar depone su actitud tras abandonar el hospital, donde pasó cinco horas en observación por problemas físicos, vómitos y mareos

Ingresan en el hospital a la madre de Rubiales al sufrir una crisis tras dos días de huelga de hambre

Habla la familia de Rubiales: «Queremos que Jenni Hermoso diga la verdad, que explique por qué cambió tres veces su versión del beso»

Ángeles Béjar, en la sala de catequesis de la iglesia de la Divina Pastora, en Motril. antonio l. juárez

Guillermo Ortega

Granada

Ángeles Béjar, la madre del inhabilitado presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, ha decidido abandonar la huelga de hambre que mantenía en la iglesia de la Divina Pastora, en Motril, localidad natal de Luis Rubiales.

Toda su familia, y especialmente su hijo Luis, le habían recomendado encarecidamente que dejara su protesta, ya que estaban preocupados por su salud. Ángeles Béjar tiene 73 años y, aunque su estado de salud es bueno en líneas generales, tiene un problema en los riñones que evidentemente no mejora si permanece día y noche encerrada en una iglesia y sin ingerir alimentos.

La madre de Rubiales ha depuesto su actitud tras haber sido dada de alta en el hospital Santa Ana de Motril, donde fue trasladada en la tarde del miércoles 30 de agosto tras sufrir una crisis durante el encierro.

El alta la recibió poco después de las once de la noche, tras permanecer por espacio de cinco horas en observación. Llegó allí en ambulancia. Tenía las piernas hinchadas, vómitos y mareos, todo ello probablemente derivado de los dos días y medio de encierro que acababa de pasar. Respondió bien al tratamiento y no necesitó ser hospitalizada. La agencia Efe ha publicado que abandonó el centro hospitalario acompañada de su hijo Luis.

El traslado de Ángeles Béjar al hospital fue anunciado a las seis de la tarde del miércoles por el cura de la iglesia donde estaba encerrada. Ella había pactado con los periodistas allí apostados que haría unas declaraciones fuera del templo, donde se iba a oficiar una misa dos horas después.

El párroco la convenció de que atendiera a los medios para evitar los incidentes que se produjeron el martes, cuando el templo se vio literalmente invadido por decenas de cámaras, lo que provocó la indignación de algunos feligreses que habían acudido a una misa de difuntos y, finalmente, la intervención de la Policía Nacional para invitar a los periodistas a abandonar el lugar.

La madre de Luis Rubiales decidió iniciar una huelga de hambre para exigir a la futbolista Jenni Hermoso que dijera «la verdad» y que reconociera que el beso que le dio el presidente tras la final del Campeonato del Mundo femenino «fue consentido». Durante sus dos días de encierro ha recibido muestras de solidaridad, pero en ese tiempo, también, su hijo ha ido perdiendo apoyos de manera visible.

El martes, cuando habló para los medios en una caótica e improvisada rueda de prensa, dijo que durante su encierro sólo consumió agua y bebidas isotónicas y que durmió en una silla. Estuvo casi todo el tiempo acompañada por una cuñada. Eligió la iglesia porque, según su familia, es una persona «muy creyente».

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