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Misterios en Granada: el enigma del 'Hombre de Orce'

Un hallazgo en la provincia puede haber cambiado la historia de la Paleontología

José Manuel García Bautista

Sevilla

En 1982 José Gibert, del Instituto de Paleontología de Sabadell, descubrió en Venta Micena, pedanía perteneciente a la localidad de Orce, unos restos óseos que, después del correspondiente estudio, identificó como pertenecientes a un homínido de más de un millón de años.

Por aquella época los hombres de la Gran Dolina burgalesa aun no habían sido descubiertos, por lo que los homínidos europeos más antiguos apenas llegaban al medio millón de años.

El descubrimiento de Gibert retrasaba el reloj de los homínidos europeos en otro medio millón de años, siendo por tanto un hallazgo espectacular. Inicialmente el equipo de Gibert se comenzó a inclinar por la posibilidad de que el fragmento, un trozo de bóveda craneana, perteneciera a un individuo del género homo habilis, el primer género de homo capaz de desarrollar industria lítica y del que se habían encontrado hallazgos en África.

Todo ello me lo contaba mi amigo Antonio Salinas que me explicaba que el hallazgo justificaba, de sobra, la organización de un congreso donde presentar el fósil. Con motivo de este se comenzó a limpiar el trozo de hueso, eliminando el sedimento de su cara interna, y haciendo aparecer una cresta ósea que había pasado desapercibida.

Y aquí estalló la polémica. Esta cresta desacreditaba aparentemente la 'humanidad' del hueso y pronto empezaron a surgir las hipótesis que, ridiculizando el hallazgo, apuntaban a que no fuera más que el hueso de un burro.

La Junta de Andalucía empezó a escatimar los permisos de excavación y todos los apoyos se perdieron en lo que parecía una guerra de intereses políticos entre equipos de investigación andaluces y el equipo catalán del Instituto de Paleontología de Sabadell. ¿Es posible que intereses personales se interpongan a la Ciencia? Por supuesto que sí.

Pero lo cierto es que el equipo de Gibert no dejó de esforzarse, pese a la tormenta que caía, en probar la autenticidad del hallazgo. A partir de 1995, con la reunión de 300 paleontólogos en el Congreso Internacional de Paleontología Humana de Orce, comenzó a cambiar el signo de las excavaciones de Venta Micena.

Aunque aún había una pequeña parte de la comunidad científica que se oponía a la autenticidad del Hombre de Orce, la mayoría comenzaban a valorar el hallazgo y a considerar sus implicaciones. Y no es para menos. Estas podrían obligar a replantear algunas cosas que se daban ya por sentadas en paleontología y sabemos lo inmovilista que es la ciencia a veces.

Ante la idea generalizada de que los primeros homínidos abandonaron África hace aproximadamente 1,5 millones de años atravesando las áridas tierras de oriente medio para dispersarse por Europa, Orce plantea la posibilidad de que o bien los homínidos también usaron el Estrecho de Gibraltar como vía de acceso a Europa o aquella primera migración fue más antigua y masiva de lo que suponíamos.

Recientemente han ido apareciendo pruebas que ratifican, más y más, la pertenencia del Hombre de Orce al género homo y la comunidad científica es consciente, por fin, del auténtico valor del yacimiento de Venta Micena.

Las industrias líticas halladas en el yacimiento, de alrededor de un millón de años, son las más antiguas de Europa. El problema de cresta intracraneal ha sido resuelto también gracias al descubrimiento de otro antiguo hueso craneal humano en Tarragona, perteneciente a una niña de época romana, que muestra una cresta craneal más acentuada incluso que la del fósil de Orce.

Por lo tanto, la cresta sí puede existir en un cráneo humano. Y no olvidemos los abundantes rastros de albúmina humana localizados en el fósil que fueron anunciados el congreso del 95 y que constituyen una prueba incontestable sobre la naturaleza del fósil. Por otra parte los análisis paleomagnéticos de la pieza han permitido datar su antigüedad, sin género de dudas, en 1.3 millones de años.

La visita a Orce y sus yacimientos es casi algo obligado dada la importancia que tiene este lugar para la compresión de la historia de la humanidad y de los misterios de su origen. La Torre-Homenaje del pueblo guarda un completo museo en el que se atesora, como la más preciada de las joyas, el hueso fosilizado del que quizás sea el europeo más remoto encontrado hasta el momento.

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