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CIENCIA

El primer traje espacial lo diseñó un granadino

Emilio Herrera es un científico olvidado pese a tímidos intentos de las administraciones por recuperar su legado

Emilio Herrera con su incipiente traje espacial EFE

DIEGO MÁRQUEZ

Emilio Herrera Linares fue prolífico en el ámbito de las ciencias pero su recuerdo no está lo suficientemente dimensionado en su ciudad natal, Granada, donde una plaza lleva su nombre, y un monolito le recuerda. Poco más. Solo algunas instituciones divulgativas, con el tímido apoyo de las administraciones, como el Parque de las Ciencias o el Centro Artístico, Literario y Científico han hecho por devolver a la ciudad de la Alhambra el legado de uno de sus grandes científicos.

Nacido el 13 de febrero de 1879 en el seno de una familia burguesa de tradición militar, Emilio Herrera destacó pronto por su curiosidad y su vocación científica.

Fue ingeniero, piloto, militar, pionero de la aeronáutica, apasionado de la política y, sobre todo, inventor. Quizá la más curiosa y pionera aportación que hizo al mundo fue la de la «escafandra astronáutica» que la NASA adaptó para los viajes espaciales. Se negó a participar en el programa lunar porque Estados Unidos no quiso colocar la bandera de España en el satélite.

Pronto se sintió incomprendido en Granada , la ciudad que ahora lucha por albergar un acelerador de partículas que cambiaría su devenir económico.

Tuvo discrepancias con un profesor de Química de la Universidad en 1896 lo que le llevó a preparar su ingreso en la Academia de Ingenieros de Guadalajara. Terminada la carrera en 1901, lo destinan a Sevilla coincidiendo en el tiempo con el nacimiento de la aerostación española.

Su verdadera meta siempre fue el espacio y para conquistarla inventó un traje especial como fue su «escafandra astronáutica». Como base de sus trabajos, estudió a fondo la muerte del aviador Benito Molas en 1928. Aplicando teoría a lo que pudo observar, Herrera diseñó una vestimenta que le permitiría alcanzar los 22.000 metros de altitud , por encima del récord alcanzado en esa fecha, en un globo de barquilla abierta.

El traje, terminado en 1935, incluía micrófono, un sistema de respiración y una visera capaz de repeler los rayos ultravioleta.

«De Granada a la Luna» es el documental que ha preparado Canal Sur sobre este granadino ilustre que fue fiel a la República, de la que llegó a ser presidente en el exilio entre 1960 y 1962. Falleció cinco años después en Ginebra (Suiza).

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