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ECONOMÍA

Las prisas por abrir el Nevada llegan a la Inspección de Trabajo

Tras una denuncia de UGT por incumplir en las obras del centro comercial los horarios del convenio de la construcción

Vista desde la circunvalación de Granada del centro comercial Nevada

DIEGO MÁRQUEZ

El centro comercial Nevada prevé su apertura para el próximo otoño y las obras de cerramiento y terminación final urgen. Tanto es así que la Inspección de Trabajo está supervisándolas tras levantar un acta de infracción a Emasa Empresa de Construcción por trabajos fuera del horario que contempla el calendario laboral pactado en el convenio colectivo del sector.

Las prisas por terminar llegan tras años de retrasos en un proyecto que fue paralizado en 2007 por el juez por irregularidades urbanísticas en un caso que supuso penas de 15 meses de prisión por prevaricación al exalcalde socialista, José Antonio Morales Cara, y su exconcejal de Urbanismo, Gabriel Cañavate, quienes tienen pedida la revisión de sus condenas ante el Supremo ya que el Alto Tribunal declaró legal el pasado verano el planeamiento urbanístico del centro comercial.

La misma condena recayó en Tomás Olivo , empresario que estuvo implicado también en la operación Malaya como dueño de Emasa y General de Galerías Comerciales que ahora también resulta sancionada por la Inspección de Trabajo.

En Armilla, donde se espera como agua de mayo la apertura del centro comercial por los miles de puestos de trabajo directos que acarreará, existe para terminar las obras del Nevada un «encadenamiento de subcontrataciones» que propician «cada vez ofertas más baratas» a costa de los derechos de los trabajadores, explica Francisco Ruiz Ruano, como secretario de Metal, Construcción y Afines de UGT, sindicato que puso la denuncia ante la Inspección de Trabajo el pasado mes de julio.

A raíz de la misma, la Inspección solicitó a la empresa el registro diario de jornada, documento de obligado cumplimiento para entregar a cada trabajador junto a la nómina, y no lo pudo aportar.

Un centro comercial «siempre tiene prisas por abrir» reconoce Ruiz Ruano y, en el caso del Nevada, «si le unimos que ha tenido una serie de problemas de tipo judicial» termina afectando «de manera directa en la finalización de la obra»

Ello implica más horas de trabajo. En el verano, para los trabajadores de la construcción, el horario no puede distribuirse en jornada partida. Como había obreros en la tarea a las seis de la tarde, se interpuso una denuncia que también ha dejado al descubierto que hay cuestiones básicas de seguridad laboral como la no utilización de cascos.

Las obras, que nada tienen que ver con las que se derivaron de la sentencia que obligó a derribar una parte del centro comercial, siguen ahora desarrollándose pero bajo la supervisión de la Inspección de Trabajo que hace cumplir sus requisitos.

El objetivo final sigue siendo ver abierto este «Leviatán de hierro y cemento en plena Vega» de Granada, como lo denominó el juez instructor Miguel Ángel del Arco , y del que Tomás Olivo, como él mismo dijo en el banquillo, habría esperado un «buen premio» arquitectónico si no hubiera sido por los problemas que de su mala tramitación y posterior judicialización se derivaron.

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