La soledad de los mayores andaluces: una pandemia invisible
Un nuevo estudio señala que el 22% de la población andaluza por encima de 65 años vive sola
Aunque no tiene por qué ser negativo, los investigadores insisten en el peligro del aislamiento social y la falta de cuidados

Como si de un bodegón se tratase, el sillón del abuelo o de la abuela funciona en el imaginario colectivo como un resorte. Toda la familia, abuelos, padres, nietos, sentados a la mesa o frente al televisor. A poco que se pinche en la memoria, ... esa es la foto familiar que uno dibuja a finales del siglo XX en España, más en Andalucía .
La situación actual, en 2021, sin embargo, tiene poco que ver con ella. Según un informe del Centro de Estudios Andaluces, España ha alcanzado en este momento el mínimo histórico de convivencia entre generaciones.
En los últimos 30 años, desde 1991 contempla el estudio, se ha doblado prácticamente el número de personas mayores solas en Andalucía . El 22% del total de la población por encima de 65 años . Por encima de los 80 años, la serie histórica de personas que viven en soledad, se triplica.
«Hoy en día la inmensa mayoría de personas mayores prefieren sufrir la soledad, pero quedarse en su casa» explica el investigador y profesor de sociología en la Universidad de Granada Juan López Doblas. El cambio de modelo tiene distintas causas.
La independencia económica, fundamental
«En otro tiempo no había pensiones. A las personas mayores se las recogía prácticamente, y se las metía en casa porque no había otra solución. El auge de la seguridad social y la independencia económica tras la jubilación o el enviudamiento han propiciado otro paradigma» explica.
Garantizada esa capacidad de hacer frente a los gastos propios, el concepto de «nido vacío», es decir, cuando una pareja queda sola tras la salida de sus hijos de casa, ha acabado por ser la situación más común. «Antes lo extraño era que una mujer, por ejemplo, una vez viuda, no fuera a casa de sus hijos. Esto tiene que ver con la caída de la tradición , con un cambio de valores que posibilita que eso ya no ocurra» señala el investigador.
Según se explica en el estudio cuatro de cada diez mujeres por encima de los 80 años en Andalucía viven solas , algo inimaginable hace unas décadas. De ellas, una de cada tres, son viudas.
El aislamiento social, el principal peligro

A pesar de que en cierto modo se trate una emancipación de este sector poblacional, los peligros se acrecentan para un colectivo en muchas ocasiones muy vulnerable. «No se trata de un hecho necesariamente negativo. La mayoría de las familias siguen en contacto con sus mayores , pero la soledad implica también unos riesgos, de problemas sociales muy duros».
Entre ellos, el aislamiento social, el sentimiento de soledad, la necesidad de cuidado o la ayuda para las tareas domésticas no cubiertas. Problemáticas que en todo momento dependen en gran medida tanto de la edad como de las circunstancias personales de cada uno de ellos, también económicas, pero sobre todo de su salud .
«Tener mala salud y vivir solo, es un cócktel explosivo para alguien mayor»
Juan López Doblas
Profesor de Sociología en la Universidad de Granada
El profesor de la universidad granadina, que sigue realizando entrevistas de cara a futuros estudios sobre el tema, expone dos ejemplos recientes a raíz de su trabajo. «No es lo mismo una señora de 65 o 70 años que siempre ha sido soltera, que utiliza las redes sociales, que se puede mover ... En ese caso, que viva sola no sólo es positivo, sino que es lo natural y estará a gusto« incide.
Por otro lado, López Doblas refleja la otra cara de la moneda, la invisible: «Está el ejemplo de un hombre de 88 años , que acaba de enviudar después de 60 años de matrimonio, que no ha pisado una cocina en su vida . Podría apoyarse en su hijo, pero vive en Madrid y él en la Puebla de Don Fadrique. Aquí se potencia el sentimiento de soledad inevitablemente. Su mujer le ha dejado un vacío que no puede llenar y casi todos sus amigos habrán muerto ya. Incluso puede que no tenga una buena pensión. Cada caso es diferente pero algo está claro: tener una mala salud y vivir solo es un coctel explosivo ».
La pandemia, un posible dinamitador de la tendencia

La situación que refleja el estudio, elaborado durante la pandemia, no tiene en cuenta, eso sí, la incidencia que la crisis sanitaria puede haber tenido en estas personas mayores que han sufrido solas las consecuencias del confinamiento .
El Covid 19 se ha llevado la vida de miles de ancianos, que en muchos casos vivían en soledad y que, desgraciadamente también murieron solos . El aislamiento social que han vivido, y el olvido por parte de las políticas públicas, ha sido casi otra pandemia para este colectivo.
La labor de las ONG , como es el caso de Cruz Roja , o la proximidad vecinal han tenido una labor fundamental durante el estado de alarma, pero a todas luces, según explica el autor de este informe, insuficiente.
Entre sus reivindicaciones, desde un mayor apoyo institucional a un estudio pormenorizado de las circunstancias exactas de cada persona para conocer en profundidad qué ayudas necesita.
Una tarea urgente en el corto plazo, según señala López Doblas. «Se trata de un segmento de la población que va a seguir creciendo y que en muchas ocasiones está abandonada a su suerte . Hay un momento en que no es capaz de valerse por si misma«.
El tema de la cita para la vacuna , que en muchos casos se ha dado casi por sentado, es una buena muestra. «En Andalucía, en Granada o Jaén de forma más acentuada, existen un porcentaje de gente mayor que no sabe leer. Son analfabetos. Si viven solos y están aislados ¿Cómo van a utilizar una aplicación del móvil? ¿Quién les ayuda? ».
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