Suede y Raphael cierran este fin de semana en Granada '1001 Músicas', un festival distinto
El veterano cantante de Linares, una presencia habitual en la ciudad, repasa su larga trayectoria en el concierto que pondrá el sábado el broche de oro a esta tercera edición
Los británicos Suede, en sus inicios renovadores del glam rock y fieles a los trallazos guitarreros, resumen el viernes una carrera plasmada en diez álbumes

Granada despide los días 22 y 23 de septiembre '1001 Músicas', un festival que en esta tercera edición ha vuelto a apostar por un formato diferente al que está en boga. Mientras lo habitual es concentrar en dos o tres jornadas -a veces sólo en una- a un montón de artistas y grupos, los organizadores se han decantado por un modelo de ocho conciertos en otras tantas jornadas, divididas en los cuatro fines de semana de septiembre.
El público ha estado sentado, no ha habido food trucks y el recinto ha sido un aliciente extra: los jardines del Generalife, dentro del recinto de la Alhambra. El aforo, de 1.600 personas, se ha completado en cuatro de las ocho representaciones, por lo que los organizadores y el principal patrocinador, Caixabank, pueden estar más que satisfechos. No se han pronunciado aún de forma oficial, es algo que harán la próxima semana, pero los números hablan por sí mismos.
En rigor, esta edición comenzó el 13 de junio con un concierto fuera de carta ofrecido por Bob Dylan. Se habló mucho días antes de sus excentricidades y de su negativa a que nadie grabara vídeos ni hiciera fotos, hasta el punto de que se confiscaron los teléfonos móviles de los asistentes. Pero, en ese marco, el estadounidense se sintió a gusto y el recital fue del gusto de todos.
La programación de septiembre comenzó con un chasco, porque Elvis Costello apenas pudo actuar media hora por culpa de la lluvia. El inglés llegaba acompañado por su teclista habitual, Steve Nieve, y de la cancelación no se le puede culpar; de hecho, se le notó contrariado.
A partir de ahí, los 'sold out', ese recurso en inglés para decir que las entradas se han agotado, se han ido sucediendo casi sin solución de continuidad. Llenó el violinista Ara Malikian el día 8 y lo hizo también Luz Casal el 9. Andrés Calamaro, con repertorio y aspecto renovados, no lo consiguió el día 14 pero sí dejó satisfecho al personal.
091 triunfaron a lo grande jugando en casa
Cosa que desde luego también puede decirse de 091, protagonistas de la noche del 15 de septiembre. Jugaban en casa, a pocos metros de la Torre de la Vela a la que cantaron en uno de sus discos más brillantes, y con el recinto a tope ofrecieron una buena ración de rock potente a un público absolutamente entregado.
Pablo López también tiene su público y está claro que es numeroso. El pop melódico del malagueño también llenó de espectadores los jardines del Generalife el 16 de septiembre. A estas alturas, hablar de él como de uno más de los que salió de Operación Triunfo es muy desacertado, porque ha demostrado que no es flor de un día.
La recta final comienza este viernes 22 de septiembre con Suede, banda británica liderada por el carismático cantante Brett Anderson. Cuando surgieron, en 1993, a todos les resultó obvio que su principal referencia era el glam rock, en general, y David Bowie en particular. En esa onda, sus dos primeros discos, 'Suede' y 'Dog man star' los catapultaron a los primeros lugares de las listas de éxito en un momento en el que el brit pop de Blur y Oasis languidecía.

Pudieron haberse quedado en eso, en ser un cliché, pero el grupo supo evolucionar y se abrió con el tiempo a muchos otros terrenos. 'Coming up' los llevó a un terreno más pop, mientras que con 'Head music' coquetearon con ritmos electrónicos y enteraron en el siglo XXI con discos tan dignos como 'A new morning'.
Su último disco hasta el momento, el décimo en su carrera, llegó en 2022 bajo el nombre de 'Autofiction'' y el grupo lo define como su «álbum punk», no tanto porque se acerque a ese estilo sino por la forma en que fue concebido y grabado: casi en directo, sin más elementos que guitarra, bajo, batería, teclados y la voz siempre reconocible y cautivadora de Anderson.
En cuanto a Raphael, la verdad es que poco nuevo se puede decir de un artista que lo ha hecho absolutamente todo en sus sesenta años de carrera. Ni se recuerda las veces que ha venido a Granada, es aquí una presencia habitual. Pero ese irreductible animal de escenario siempre se las apaña para ofrecer algo nuevo, para regocijo de un público que le guarda la fidelidad que sólo se reserva a los grandes.
Repertorio tiene como para hacer un concierto de veinte horas. Sólo con recurrir a los temas que le dieron éxito mundial en los sesenta y en los setenta -y eso no es una exageración: hasta ganó fans en la antigua Unión Soviética cuando existía el telón de acero- ya podría hacerlo.
Pero lo que le ocurre a Raphael es que no ha querido vivir del pasado. Por usar el tópico, ha sabido reinventarse. Y de paso, enganchar a nuevas generaciones que ahora han hecho suyas canciones como 'Mi gran noche', en realidad una versión de Adamo que él hizo aún más popular. Dice que le queda cuerda para rato y el sábado 23 de septiembre, en el Generalife, habrá ocasión de comprobar si sigue en plena forma.
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