Andalucía recurre a la IA para detectar a víctimas de maltrato por su tono de voz
Sanitarios e investigadores buscan un algoritmo a través de la voz de las mujeres que llaman a Emergencias
Al menos el 20% de las llamadas de las víctimas ocultan esta lacra y un software permitirá identificarla
La violencia de género acapara siete de cada diez llamadas al teléfono andaluz de atención a las mujeres
Dolor torácico, ansiedad, agitación, cefalea, disnea, dificultad respiratoria… Son síntomas que motivan muchas llamadas a los centros de Emergencias pero que pueden ocultar algo mucho más grave: la violencia de género. La Inteligencia Artificial ayudará a detectarla de manera precoz a través de ... la voz para actuar de manera rápida y coordinada. El proyecto, denominado 'Certeza de voz', permitirá saber si tras una entonación, una expresión, el uso de determinadas palabras, pausas al hablar, suspiros o miedo, la mujer que llama a los servicios de Emergencias está ocultando ser víctima de esta lacra y poder así ayudarla.
Se trata de un proyecto pionero a nivel internacional impulsado por la Comisión de Buen Trato del Centro de Emergencias Sanitarias 061 de Andalucía -antes llamada Empresa Pública de Emergencias Sanitarias (EPES)-, integrado desde el año pasado en el Servicio Andaluz de Salud (SAS). Cuenta con el apoyo además del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM).
Al frente de esta sorprendente iniciativa está Ascensión Martín, médico de Urgencias. «Es un procedimiento de detección precoz de violencia de género a través de la voz desde los centros de coordinación de Urgencias y Emergencias y todo parte de una idea clave: la violencia de género, además de una vulneración de los derechos humanos es un gravísimo problema de salud pública. En los centros de coordinación de Urgencias y Emergencias entran muchas llamadas directamente por maltrato que atendemos con un procedimiento específico, pero también muchas por otros motivos. Nos dimos cuenta que son muchas las que no se identifican inicialmente como esta lacra pero que cuando son atendidas por los equipos sanitarios se confirma que sí lo son», explica a ABC.
Y es que hay indicadores de salud físicos, psicológicos y de comportamiento, tanto en la mujer como en el hombre y los hijos, «que no hablan directamente de maltrato pero que se relacionan con el mismo porque el maltrato enferma también a las víctimas. Conlleva un proceso de deterioro de la salud de años de evolución. Eso se traduce en enfermedad, que entra en situaciones de crisis, como llamadas solicitando ayuda. Sabemos que eso ocurre y queríamos conocer qué casos se nos podían escapar por no poder detectarlos. Esa ha sido nuestra línea de investigación durante años».
Destapar el maltrato oculto
Se trata de indicadores de lo que se denomina maltrato oculto, que supone aproximadamente un 20% de las llamadas que se registran en estos centros de Emergencias. «Las llamadas entran por otros motivos y después se verifica por distintas vías que se trata de violencia machista. Cuando el maltrato es evidente son muchas más las mujeres que llaman, en torno al 45%», señala la coordinadora del proyecto.
¿Y qué es certeza de voz? «Buscamos un algoritmo, un patrón de voz que nos refuerce esas sospechas y que esté basado en la inteligencia artificial. El objetivo es que dicho software nos diga que nuestras sospechas tienen un nivel de certeza con un porcentaje alto de probabilidad de que, efectivamente, se trata de una situación de violencia machista, de manera que aumentemos la capacidad de detección y atención. Aunque la mujer no esté hablando de maltrato podemos aplicar esta herramienta basada en su forma de hablar, sus silencios o suspiros. El miedo es algo que se detecta en la voz y es un indicador de riesgo importantísimo. Si lo logramos podremos avanzar en el registro de estos casos y a raíz de ello trasladar esas sospechas a las personas que van a seguirlos».
Y, ¿cómo lo están haciendo? Estudiando las llamadas para encontrar ese patrón de voz. No están solos en esta complicada tarea. Cuentan con un diccionario de violencia de la Facultad de Psicología de la Universidad de Sevilla para transcribir estas llamadas con la colaboración de la Asociación de Investigación y Cooperación Industrial de Andalucía (Aicia), vinculada a la Escuela Técnica Superior de Ingeniería también de la Universidad de Sevilla, que se ha asumido la parte tecnológica, esto es: elaborar el software para estudiar los audios de esas llamadas, unidos a las transcripciones literales de las mismas.
Con todo ello y utilizando la inteligencia profunda, dicho software aprende con cada llamada. «No sólo detecta esas pausas o palabras sino que se va haciendo más lista a medida que va escuchando esos audios. Va aumentando su capacidad de detectar si esa llamada realmente está motivada por violencia de género».
En los últimos cuatro años, pese al titánico reto que supuso para los equipos de emergencias la pandemia motivada por el Covid-19, se han analizado alrededor 1.500 llamadas de mujeres que no denunciaron maltrato pero que suscitaron sospechas que luego se confirmaron.
«Para eso creamos unos códigos especiales. Si todo lo que hemos hecho ha sido sólo con un 10% de los códigos especiales, imaginad si tuviéramos el 100%», añade la coordinadora de 'Certeza de voz'.
Tras el verano se comenzarán a escuchar todos los audios seleccionados: los de casos sospechosos, otros confirmados desde el primer momento y otros en los que no había maltrato. «En el laboratorio han llegado a discriminar las voces, algo que era fundamental, porque en muchas pueden hablar hasta cinco personas: la mujer que llama, la teleoperadora, nuestro médico coordinador, un policía… Tenemos que discriminar a la mujer. No era nada fácil pero lo han conseguido. No habrá resultados pronto porque metodológicamente todo debe estar muy bien fundamentado. El audio tiene que ser certero. Es la búsqueda del oro: encontrar las llamadas que realmente nos vayan a servir. Cuantas más incorporemos más listo será el sistema y antes ofrecerá resultados».
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