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educación

El 75% de los casos atendidos por el Defensor del Profesor de ANPE manifiestan un gran nivel de estrés y ansiedad

El informe presentado en Jaén desvela que de los casos atendidos un 8% han sido agresiones por parte del alumno y un 2% por parte de la familia

El presidente de ANPE-ANDALUCÍA, Francisco Padilla, la coordinadora del Defensor del Profesor, Rosario Siguero y el vicepresidente del sindicato, José Cuadrado María Tajadura

María Tajadura

Jaén

Un total de 134 casos de docentes de Andalucía han sido atendidos durante el curso 2022-23, de los que el 8% son agresiones del alumnado al profesorado y el 2% de la familia al docente. Es una de las conclusiones del informe elaborado por el Defensor del Profesor, un servicio puesto en marcha por el sindicato independiente ANPE para velar por el cumplimiento de los derechos de los docentes.

Como cada curso, desde la puesta en marcha del servicio, desde 2005, ANPE ha presentado, el informe anual de El Defensor del Profesor, este año en Jaén. «Trabajamos para mejorar el reconocimiento social de los docentes y dar visibilidad a su trabajo diario con el objetivo de que la educación alcance el lugar que merece en nuestra sociedad» ha señalado el presidente de ANPE-ANDALUCÍA, Francisco Padilla.

Según el sindicato, las leyes educativas siguen sin dar respuesta a problemas que soportan a diario los docentes en los centros educativos, como situaciones de acoso, amenazas, falsas acusaciones y violencia física y psíquica.

Las cifras varían según la etapa educativa. Del centenar de casos atendidos, un 6% corresponde al nivel de Educación Infantil, un 40% a la Educación Primaria, un 40% a la ESO y el Bachillerato, un 7% a la FP y otro 7% a la Educación Permanente y Enseñanzas Artísticas y de Idiomas.

El informe clasifica en tres grandes grupos los casos atendidos, según el sector de la comunidad educativa al que pertenecen las personas que originan el conflicto

Así, desde el punto de vista de la actitud de los alumnos, los docentes, a través de las quejas presentadas al Defensor del Docente, se quejan de la gran dificultad que tienen para dar clase que suponen un 17%, así como las faltas de respeto y falsas acusaciones con otro 17% y las amenazas del alumnado que representan un 12%.

En cuanto a los episodios de violencia física, si bien escasos afortunadamente, «nos preocupa su naturaleza cada vez más agresiva, lo que genera una gran inquietud entre el colectivo docente,» ha destacado la coordinadora de El Defensor del Profesor en Andalucía, Rosario Siguero, quien ha aludido al suceso de Jerez de la Frontera, en el que un adolescente de 14 años hirió con armas blancas a tres profesores y dos alumnos del Instituto Elena García Armada, que hizo saltar todas las alarmas.

Menos ciberacoso

Aunque disminuye el ciberacoso, por la prohibición por parte de los centros de uso de dispositivos móviles en las aulas, «seguimos reclamando una actualización de la normativa que salvaguarde los derechos de imagen y protección de datos personales del profesorado» ha subrayado Siguero.

Con respecto a las familias, llama la atención los episodios de acoso y falsas acusaciones a los que someten a los docentes, que suponen en conjunto un 22%, así como las denuncias ante equipos directivos o la inspección educativa, que suponen un 13% y que según la coordinadora se debe a la sobreprotección de los progenitores, que cuando hay algún problema «le echan la culpa al profesor para defender a los hijos», restando autoridad al docente.

En este sentido, el presidente del sindicato de Enseñanza, Francisco Padilla, ha indicado que la solución, para evitar este tipo de conflictos en las aulas, pasa por una educación personalizada. «Mantener ratios de alumnos tan altas por clase impide una atención más individualizada y personalizada al alumnado y sus familias, cuestionando estas últimas, de manera continua y desde una perspectiva sobreprotectora, la labor docente en aspectos como la metodología de trabajo, la gestión del aula y del tiempo» ha manifestado.

En el último bloque, el documento hace referencia a los conflictos relacionados con el ámbito laboral como los relacionados con la aplicación de la normativa de organización y funcionamiento de los centros docentes (10%), aperturas de expedientes disciplinarios (2%) y problemas con la administración educativa en general (37%).

Un alto porcentaje de docentes presentan dificultades en la aplicación del currículo escolar, derivadas del desarrollo tardío de la LOMLOE. A ello habría que añadir «la falta de recursos humanos y materiales para atender la diversidad del alumnado, y de protocolos para abordar la salud mental y la gestión de emociones dentro y fuera del aula» ha destacado Rosario Siguero.

Al hilo, son constantes las quejas de los profesores por el exceso de burocracia que les impone la normativa y que les dificulta hacer su verdadera función en el aula que es enseñar.

Coste emocional

Consecuencia de todo lo anterior, los docentes, en el ejercicio de sus funciones, pagan un gran coste emocional, del que se resiente tanto su salud física como mental. Así del total de docentes atendidos, manifestaban un gran nivel de estrés y ansiedad un 75%, mostrando además síntomas depresivos un 15%. Respecto al curso anterior sí que han disminuido los casos que han desembocado en baja médica, reduciéndose a tan sólo un 12%, lo que demuestra su gran esfuerzo por mantenerse activos en el aula.

«Todos estos datos son una muestra de las situaciones reales que nos encontramos en las aulas (carga burocrática, ratios elevadas, creciente número de alumnos con necesidades educativas especiales…) y que ponen a prueba la responsabilidad del docente, falto de un suficiente apoyo político y social» ha subrayado el vicepresidente de ANPE, José Cuadrado, quien señala como prioritario «cuidar su salud física y emocional y mantener libres de todo tipo de violencia a los centros educativos.»

Padilla ha manifestado que «desde ANPE-ANDALUCÍA, seguimos trabajando en el desarrollo normativo de la ley autonómica de reconocimiento de la autoridad del profesorado, con la misma intensidad que hacemos en el caso de la defensa del resto de condiciones laborales de los profesionales de la enseñanza pública andaluza».

El presidente ha hecho hincapié en que a la estabilidad de la normativa educativa hay que añadir «la bajada de ratios, el refuerzo de plantillas docentes y la disminución del exceso de burocracia en los centros educativos» ha concluido.

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