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Independencia

El SAT exije la autodeterminación de Andalucía

La formación de extrema izquierda pedirá la soberanía de la comunidad autónoma en el homenaje a Blas Infante

Manifestación del Sindicato Andaluz de Trabajadores ABC

Javier López

«Frente al paro, el desempleo, la precariedad, la emigración a la que estamos condenados, frente al machismo y la brecha salarial, frente a una Andalucía desaparecida de todos los debates de España, ahora más que nunca toca exigir soberanía ». Esta propuesta y el análisis que la sustenta parte del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), que exige la autodeterminación de la comunidad autónoma.

La formación de extrema izquierda ha argumentado su petición de soberanía en la supuesta incoherencia de que la «despensa de Europa» oficie también de « vagón de cola » del continente. De ahí que exija competencias políticas para «decidir sobre lo nuestro, sobre nuestros recursos y sobre nuestro territorio. Decisiones que enmarca en el derecho a la «libertad frente a la represión del sistema cuando luchamos pacíficamente por lo nuestro».

En el homenaje que el próximo 9 de agosto tributará a Blas Infante, impulsor del nacionalismo andaluz, el SAT está decidido a «poner a Andalucía sobre la mesa», a fin de que obtenga el derecho a una autodeterminación que también propone para Cataluña , según puso de manifiesto en setiembre de 2017, cuando criticó la «represión del Estado español» para evitar el referendo de autodeterminación.

El supuesto derecho a la soberanía andaluza está ligado, a juicio del SAT, al cambio de la región mediante una reforma agraria que erradique el latifundio y el monopolio de la tierra: «Los trabajadores andaluces exigimos además una transformación económica y social en Andalucía. Exigimos que las tierras, las industrias y los medios de producción en general pasen a manos del pueblo para que este pueda desarrollarse y alcanzar unas condiciones de vida dignas».

El objetivo de la formación es las que las vidas de los andaluces «dejen de estar en manos del capital y al servicio de los poderes financieros, para que nuestro trabajo deje de enriquecer a una minoría mientras el pueblo se hunde en la miseria». Por lo que ha propuesto «poder obrero y popular» frente al «poder del capital».

En este sentido, ha propuesto incorporar al poder a los comités de empresa y delegados de personal, a los barrios de trabajadores, a los estudiantes y pensionistas «de tal forma que se conforme un gran frente de lucha que una a todos los sectores obreros y populares bajo una perspectiva de clase y anticapitalista que permita avanzar hacia una sociedad libre y justa”.

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