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«Mi madre no ha podido luchar, no le han dejado pelear contra el cáncer no diagnosticado que se la ha llevado»

visto en redes

María de los Ángeles falleció el pasado 3 de noviembre en un hospital sevillano aquejada de un cáncer metastásico de colon perforado diagnosticado demasiado tarde

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María de los Ángeles, en una foto cedida por su hija Rocío arauz

L. L.

Sevilla

El testimonio de Rocío Arauz, periodista y reportera de Canal Sur, ha sobrecogido a todo el que le ha llegado. «Mi madre no ha podido luchar. No la han dejado pelear contra el cáncer no diagnosticado que se la ha llevado», comienza en triste relato en el que cuenta el calvario por el que ha pasado su madre hasta fallecer el pasado 3 de noviembre. Arauz se ha valido de sus perfiles en redes sociales para difundir su mensaje desesperado de denuncia por la falta de recursos, de tiempo para un buen diagnóstico y la precaria investigación que sufren pacientes como su madre, que no ha podido salvar la vida.

Al parecer, uno de los problemas de la enfermedad de la madre de Rocío fue la tardanza en el diagnóstico: «Cuando después de varios años de peregrinaje por más de cinco hospitales y decenas de visitas a diferentes especialidades médicas por fin dieron con la justificación de sus insufribles dolores era tarde: la metástasis ya le había provocado un fallo multiorgánico».

«Ha agonizado a alaridos durante años sin ser atendida. Ha sufrido un trato denigrante y vejatorio con un falso diagnóstico de demencia al que se aferraban cuando mi madre gritaba de dolor pidiendo auxilio. Con el recurrente pretexto de que era 'paciente de salud mental' la mandaban de vuelta a casa sin las pruebas que habrían justificado el origen de su indecible sufrimiento», se lamenta la periodista.

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«La justificación de sus insufribles dolores llegaba tarde: la metástasis ya le había provocado un fallo multiorgánico»

Tal y como cuenta en su terrible escrito, su madre, con cáncer metastásico de colon perforado, «llegó a intentar quitarse la vida del dolor tan incapacitante que sufría». «Es humillante que con esas hipótesis y la evidente depresión que le produjo su inhumana situación, tampoco considerasen de extremada prioridad tratarla desde Salud Mental», se lamenta Rocío.

Los últimos meses de vida de María de los Ángeles, fallecida a los 70 años, fueron realmente duros. «La acompañamos más de una decena de veces a centros hospitalarios clamando ayuda para que la asistiera un facultativo que le prestase atención, sin suerte». Tal y como cuenta Arauz, de algunos facultativos recibían palabras tan desconsoladoras como: «Imposible que le duela. Lo hace para llamar la atención». Algo incongruente cuando la paciente en cuestión «la devoraba un cáncer indescriptiblemente doloroso sin prescribirle ninguna prueba diagnóstica», asevera Rocío.

Más adelante, «el paralizante dolor la postró en una cama», aunque seguía sin diagnóstico. Desde los centros sanitarios le explicaban o intentaban explicar la situación de Ángeles como algo «normal» dado por la «somatización», a pesar de que su madre dejó de caminar e incorporarse de un día para otro.

«Perdió 20 kilos en poco más de un mes, pero me decía que había dejado de comer para llamar la atención»

«Mi madre perdió 20 kilos en poco más de un mes», asegura Rocío, pero el argumento que le daban los médicos a los que acudía iban en la línea de su problema de Salud Mental: «ha dejado de comer para llamar la atención. Exagera».

La historia de la madre de esta periodista ha acabado con el peor de los desenlaces: «La semana pasada mi madre llegó con un hilo de vida a este último hospital donde ha fallecido. La traje para tratar de que un neurólogo pudiera determinar qué le estaba produciendo las últimas confusiones que presentaba y en menos de 24 horas, el diagnóstico demoledor»

Fue entonces cuando «en la primera analítica aparecieron los marcadores tumorales muy altos. En el primer tac craneal: manchas metastásicas en el cerebro; en el tac de abdomen: cáncer metastásico de colon perforado. Había sufrido un infarto del que ni siquiera se había quejado», asegura.

Finalmente, «el fallo renal provocado por la metástasis le produjo una encefalopatía urémica que le distorsionó en sus últimos días la percepción y capacidad de expresión o relacionarse», motivo por el que acudieron por última vez al hospital.

En un intento desesperado por recuperar la dignidad de su madre, que ha sufrido un calvario en sus últimos años por un peregrinaje desafortunado entre especialistas que no respondían a sus súplicas, Rocío ha publicado un mensaje que se ha hecho viral y del que pide máxima difusión. 

«A mi madre no solo le arrebataron su derecho a pelear. A mi madre le arrancaron su dignidad. La trataron humillante y vejatoriamente aferrándose a la denostada e ignorada baza de la salud mental. Yo la acompañé a muchas de esas citas médicas y la he acompañado hasta su final. Ha muerto mientras le acariciaba la mano con todo el dolor de mi alma devastada», se lamenta.

«A mi madre no le han dejado luchar. Yo lo voy a hacer por ella y por su dignidad. Te quiero, mami. Te quiero, princesa», culmina su mensaje.

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