VIOLENCIA MACHISTA
El asesino de Sibora en Torremolinos cubrió su cadáver con cal y le puso un ramo de flores en el pecho
El cuerpo estaba en un cajón de madera, dentro de un saco de acampada, envuelto en bolsas y cubierto de cal
Sibora desapareció en 2014 y su asesino dijo dónde la tenía enterrada tras ser detenido por matar a otra pareja
El asesino escondió en el arcón de madera donde estaba el cadáver un cuchillo con sangre seca
El agujero donde Marco, el doble asesino machista de Torremolinos, enterró a la albanesa Sibora Gagani hace nueve años era una tumba para la posteridad. Oculta entre las paredes de un ático de alquiler de la barriada del Calvario. En un falso muro de un dormitorio, en el hueco que podía ser para un armario, metió su cuerpo en un cajón de madera de aglomerado, lo cubrió con cal y le puso un ramo de flores en el pecho. A modo de despedida para la eternidad. Sólo su confesión espontánea, tras matar nueve años después a otra pareja, pudo descubrir el mausoleo oculto en aquel piso, donde desde hace siete años vive una familia.
La última noticia que había, hasta este pasado martes, sobre Sibora era un mensaje a Marco el 7 de julio de 2014. Luego se la tragó la tierra. Su caso se reabrió después de la muerte de Paula. Una pareja reciente del exnovio de la albanesa desaparecida asesinada por éste de catorce puñaladas el pasado 17 de mayo. El asesino confesó dónde estaba la albanesa. Este martes se halló su cadáver.
La Unidad de Sistemas Especiales llegó hasta el ático de Torremolinos con herramientas de escáner de rayos X. Así es cómo detectaron que había una especie de arcón entre dos paredes de este piso. Al romper la pared, vieron que era un cajón mortuorio repleto de cal. Dentro había el cuerpo de una mujer, que está pendiente de identificación por parte de los forenses, que esperan para cruzar las muestras de ADN con familiares directos de la fallecida.
La Policía Nacional practicó este martes por la noche un nuevo registro en este domicilio. Es la cuarta vez que van a inspeccionar el lugar. Buscaban indicios que aportasen información relevante sobre el paradero de la desaparecida. Marco, al ser detenido el 17 de mayo, dijo de forma espontánea a los agentes que lo custodiaban que la desaparecida estaba en esa vivienda. «Está en el ático donde viví con ella», señaló el asesino.
Desde aquel momento, agentes adscritos a Brigada Local de Policía Judicial de la Comisaría de Torremolinos-Benalmádena centraron la investigación en el piso de El Calvario. Se practicó una primera diligencia de entrada y registro en la vivienda, contando con la colaboración del Grupo Operativo de Intervenciones Técnicas, que emplearon densímetros y microcámaras entre las paredes del inmueble, aunque sin resultado positivo.
Cuatro registros
Al registro inicial, se sumaron dos nuevas inspecciones oculares de la Policía Científica. Había la sospecha de la utilización de alguna sustancia abrasiva por parte del investigado para la eliminación de pruebas. En un principio se creyó que era ácido lo que había usado. Este martes los investigadores solicitaron la colaboración de agentes adscritos a Sistemas Especiales de la Subdirección General de Logística e Innovación. Esta unidad bajó de Madrid con el instrumental de rayos X necesarios para rastrear la pared.
Los agentes centraron sus esfuerzos en una estancia de la vivienda en la que se había detectado una alteración en la construcción de una de las paredes. Así, con la finalidad de obtener más información sobre dicha variación, se comparó este espacio con la vivienda colindante. Ahí se observó que, en el lugar correspondiente se había construido un armario, el hueco que no existía en la casa objeto de registro.
En se momento, procedieron a demoler el muro. Es cuando hallaron un gran cajón de madera de aglomerado. Una vez completado el derrumbe de la pared, se levantó la tapa de la caja, que olía a cal desde el exterior. Los agentes comprobaron que el interior estaba repleto de cal. El olor a esa sustancia se hizo más notable.
Vieron una bolsa de plástico y dentro de la misma un cuchillo con restos de sangre seca. La hipótesis es que Marco apuñaló a Sibora para matarla, al igual que hizo con Paula el pasado 17 de mayo. Después de retirar el cuchillo comenzaron a sacar la cal con sumo cuidado. Fueron apareciendo diferentes objetos, que podrían haber pertenecido a la fallecida y un ramo de flores.



Las flores estaban sobre un saco de acampada. Dentro del mismo se encontraba el torso de un cadáver. Tras proceder a su apertura, los agentes hallaron un cuerpo envuelto en bolsas de plástico. Una vez retiradas, dejaron a la luz un cadáver completo, en condiciones de «saponificación». Es un efecto de la cal sobre el cuerpo inerte, que genera una coraza grasa, untuosa y viscosa en estado húmedo, pero que al secarse se vuelve dura, granulosa y de color gris blanquecino, como bañado en sal.
Finalmente, se procedió al levantamiento del cadáver, siendo trasladado al Instituto Médico Legal de Málaga para la práctica de la autopsia. El cuerpo sin vida está pendiente de identificación. Se espera a ver si la familia puede viajar a Málaga a prestar su ADN o, debido a que no tienen muchos recursos, una delegación policial se desplaza hasta Italia para recoger las muestras.
La investigación continúa abierta y bajo secreto sumarial en el Juzgado de Instrucción 3 de Torremolinos, competente en Violencia sobre la Mujer. Después de incoar diligencias se espera a los informes forenses para poder añadirlos a la causa y concretar la resolución de la desaparición de Sibora como la segunda víctima mortal de Marco.
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