Un empresario de Marbella denuncia que fue detenido tras confundir un policía sal en escamas con MDMA en su mochila durante una redada

Según el relato del empresario, llevaba la sal en la mochila, en un folio doblado, junto con su ropa deportiva. Mientras estaba en la discoteca, donde suelen acudir adolescentes, hubo una redada de la Policía Local, Guardia Civil y Nacional. La llegada a este área causó mucho revuelo por el despliegue. Los agentes iban revisando todos los garitos de esta área de locales nocturnos.

Cuando los agentes entraron a la discoteca de Juan López, el empresario explica que salió a recibirlos y se puso a disposición de las autoridades. «Como siempre, les dije que miraran lo que hiciera falta, que revisaran y que le dábamos toda la documentación que necesitaran», señala a ABC, mientras cuenta cómo todo se truncó aquella noche festiva.

Pasadas la una de la madrugada ya del día 24 de diciembre fue detenido por un delito contra la salud pública. Así lo reseña el acta del arresto de la Policía Nacional, en la que también se le informan de sus derechos como detenido. En este acta se reseña que los agentes que intervinieron en la operación encontraron drogas entre las pertenencias del empresario en la discoteca.

Uno de los perros que iban en el operativo marcó una mochila en el local. Era la de Juan López. El olfato del agente canino había detectado droga. Uno de los policías del operativo abrió dicha mochila y encontró un folio doblado. Dentro había una sustancia escamada que parecía MDMA, un alucinógeno derivado de la anfetamina.

En el folio había unos diez gramos de esa sustancia. «No era MDMA, era sal en escamas. Iba a hacer unos chuletones en casa y la cogí del restaurante», reafirma López, que explica que aquel policía «confundió la sustancia» cuando abrió la mochila. «Si se la hubiera dado a algún compañero se habría dado cuenta de que no era droga, pero la guardó y ordenó mi detención», añade.

El empresario sostiene a ABC que el perro se fijó en la mochila por una pequeña cantidad de hachís. «Señaló la mochila porque tenía una pastilla de hachís, como una peseta de grande. Ya no fumo, pero antes sí y eso se debió quedar ahí», afirma Juan López, quien explica que asume la sanción que tenga que pagar o las consecuencias de esa «ínfima» cantidad de 'chocolate'. «Pero no había más droga en la mochila. Nada. Lo otro era sal. No le hicieron ni un test para ver qué era. Me detuvieron directamente», apostilla.

Así, una vez requisado el 'sobre' con aquella sustancia escamada fue sacado del local por dos policías. «Me llevaron agarrándome fuerte del brazo. Salí por delante de todos los clientes que había en el local, con el daño que eso ocasiona para mí imagen. Podía haber unas 400 personas allí en ese momento», remarca. Fue conducido a los calabozos, donde pasó 12 horas detenido. «Estuve allí con dos mantas y una colchoneta», recuerda, mientras agradece a los agentes que lo estuvieron vigilando en la comisaría su comprensión con lo ocurrido.

Desde dependencias policiales pasó al juzgado, donde estuvo otras dos horas más detenido hasta que se le tomó declaración por lo ocurrido. «Cuando me detuvieron les dije que no consumía drogas, que me hicieran una analítica. Ellos me dijeron, entonces, que era la sustancia para vender y que me iban a meter un delito por tráfico de drogas y otro por la tenencia», asegura López, que fue liberado por el juez de guardia 14 horas después de ser arrestado en su discoteca.

Ahora, este empresario está en libertad provisional sin fianza. El Juzgado de Instrucción 3 de Marbella acordó enviarlo a casa con la condición de que se persone cuando sea requerido para continuar con las pesquisas. Así reza en el auto al que ha accedido ABC. El empresario asegura que está a la espera del análisis toxicológico de esa sustancia escamada que le ha metido en este problema.

Mientras tanto, López lamenta la pérdida económica que estos hechos le han ocasionado, ya que al día siguiente a ser detenido tenía previsto inaugurar una terraza en la puerta de El Corte de Inglés de Puerto Banús. Un nuevo restaurante en el lugar que ocupaba GoXo de Dabiz Muñoz. «No pude hacerlo porque me dejaron libre más tarde. Sólo en ese mediodía que no pudimos abrir, porque sólo yo tenía llaves y estaba en el calabozo, perdí unos 4.000 euros», explica el empresario, que espera que con la llegada de la confirmación de que lo que había en el folio era sal y no MDMA se acabe la pesadilla.