Marina Seresesky cura la nostalgia a ritmo de tango en 'Empieza el baile'

Un amor del pasado, pero eterno, el recuerdo de una época dorada y tres amigos separados por el tiempo y la distancia. Con esos ingredientes llega a la sección oficial de 26 Festival de Málaga 'Empieza el baile', una película con la que la directora Marina Seresesky combate a ritmo de tango la nostalgia por su Argentina natal.

La cinta, una 'road-movie' cuajada de paisajes de la cordillera de los Andes, narra el reencuentro de Carlos (Darío Grandinetti) -un argentino que vive en España- y Margarita (Mercedes Morán), que unidos por la danza llegaron a convertirse décadas atrás en una famosa pareja de tango. Ambos comparten con su amigo Pichuquito (Jorge Marrale) un viaje por carretera de Buenos Aires a Mendoza que remueve sus recuerdos.

La autora de 'La puerta fría' (2016) compite por la Biznaga de Oro en el Festival con una historia «muy personal» que habla del no solo romántico sino a los lugares y a los momentos. «Yo soy argentina, llevo 24 años aquí y este también es mi viaje», ha confesado Seresesky este martes en Málaga en la rueda de prensa posterior a la proyección.

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Según la directora, cuando empezó a esbozar la película ya pensó en cuáles serían los rostros perfectos para dar vida a la trama. «Que los tres me hayan dicho que sí ya es cumplir un sueño», ha explicado. «Lo complicado de esta película es que tiene un tono que está entre la comedia y el drama. No quería pasarme en ninguna de los dos. Y para eso, para estar en ese filo, hay que ser muy buen actor», ha asegurado en referencia a Dario Grandinetti.

Seresesky retrata en esta película esa extraña sensación del exiliado de no saber si es de aquí o de allá. «Uno se hace una foto de lo que tiene en la cabeza y lo idealiza, pero esa foto no está tal cual cuando uno vuelve. Esperas que esa imagen se repita, pero es muy difícil», ha indicado.

Aun sin aparecer un solo paso de baile, el tango es uno de los ejes fundamentales de la cinta. «Sé que es cruel no hacer bailar, pero me parece que es la clave. Se habla de tango y nunca bailan, igual que se habla de un bandoneón todo el tiempo que no aparece, y me parece que esto le da un punto que mejor que la imaginación lo complete», ha subrayado.

A Grandinetti el guión le recordó a algo que resuena en los actores. «Sabemos qué es eso de andar girando y que a veces te vaya bien o te vaya mal, y también sabemos del afecto que se genera con los compañeros de trabajo con los que atraviesas todos esos momentos», ha asegurado el actor, para el que la historia es, sobre todo, «entrañable y tierna». «No es melancólica, pero sí nostálgica. Y a mí la nostalgia me va», ha confesado.

El proyecto ha supuesto, además, una oportunidad para rodar en su país de origen. «Fue una 'road-movie' interior también y me resonaba mucho todo lo que le pasaba a este personaje», ha señalado, «el exilio es algo que de una u otra manera todos los argentinos sabemos de qué se trata».

La película, cuyo reparto completan Pastora Vega, Agostina Pozzi, Lautaro Zera, Marcelo Xicarts y Carolina Sobisch, llegará a las salas en España el próximo 5 de abril, mientras que el estreno en Argentina está previsto para el 20 de abril.