La Reina asiste al congreso internacional de trata de seres humanos en Málaga

Doña Letizia ha podido compartir momentos con organizaciones y víctimas ed trata de seres humanos, conociendo de primera testimonios de las personas que han estado inmersas en este mundo. Un congreso donde se defiende que este tipo delitos en una forma extendida de esclavitud, que afecta a millones de personas en todo el mundo y que es también una realidad en España, primer país de Europa y el tercero del mundo en demanda de prostitución.

Sólo el año pasado, 1.180 víctimas de trata y explotación fueron liberadas por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. La trata constituye en la actualidad una industria muy lucrativa, que obtiene importantes beneficios derivados de la utilización de las personas como objetos de consumo y traspasa las fronteras de los Estados. Desplaza a las personas entre regiones y países, aprovechando su situación de pobreza, la falta de oportunidades, la desigualdad y la discriminación que padecen, fundamentalmente mujeres y niñas, para obtener importantes beneficios.

La asociación Betania, arraigada en La Linea, arrancó en mayo de 2011 con una primera patera en la que llegaron 25 mujeres embarazas de un mismo hombre. Desde entonces, ha habido 876 mujeres y niñas que han pasado por Betania con medidas de protección y rescate con un proceso en plena incursión en la sociedad. «No es solo curar las heridas imborrables, sino que invertimos esfuerzos generando oportunidades para que actúen los agentes sociales», ha señalado Begoña Arana, antes de dar paso a la conferencia inaugural.

Beatriz Sánchez, fiscal de Trata de Seres Humanos de la Fiscalía General de Estado, ha sido la encargada de abrir este congreso. La fiscal ha retratado un fenómeno tan complejo que se confunde y que «consiste en arrancar a una persona de su entorno, de los vínculos a los que pertenece, para luego trasladarla con violencia, abusos o engaños a otro lugar». «Eso produce un desarraigado, que se aprovecha para explotarla de diferentes formas, como matrimonios forzados, sexual, trabajo... Es la esclavitud del siglo XXI», ha señalado Beatriz Sánchez.

La fiscal ha explicad que la sociedad se enfrenta a unas mafias que mueven más de 40.000 millones de euros al año, que afecta a 2,5 millones de personas solo con fines sexuales. «Se calcula que cada una de las mujeres detectadas hay otros 20 que no se detectan», ha añadido Sánchez, que la reseña como «una de las actividades más lucrativas, solo por detrás de las armas y al mismo nivel que las drogas».