Historia
Adelantan medio siglo la fundación de la ciudad de Málaga por los fenicios
Un estudio de investigadores de la Universidad de Málaga revela que los restos conservados bajo el Rectorado -los más antiguos descubiertos hasta la fecha- se remontan a mediados del siglo VII a.C.
Han pasado dos décadas desde la excavación arqueológica que se llevó a cabo en la Casa de Correos y Telégrafos de Málaga para convertir el edificio en la sede del Rectorado de la Universidad. Los trabajos revelaron vestigios de época fenicia, y ahora investigadores de la propia institución han podido confirmar que «Malaka» fue fundada medio siglo antes de lo que pensaban.
Un grupo de expertos liderados por el profesor José Suárez han realizado recientemente una revisión de los materiales correspondientes a los niveles más profundos de la excavación, desvelando que los orígenes de la Málaga fenicia se remontan a mediados del siglo VII a.C. y no al año 600 a.C. -datación aceptada hasta el momento-.
Según Suárez, los resultados de este estudio demuestran que los materiales analizados son los más remotos descubiertos hasta la fecha de la presencia de los fenicios en este enclave de la bahía, lo que significa que el Rectorado de la UMA acoge en su sótano el contexto de mayor antigüedad de «Malaka» .
Para realizar este trabajo, el equipo científico ha analizado restos de vajillas, cerámicas, huesos y conchas marinas, denominadas «Malacofauna», y los ha comparado con materiales de otros yacimientos fenicios de la provincia como el Cerro del Villar o el de Castillo de Doña Blanca , en el Puerto de Santa María (Cádiz).
El análisis de los restos ha permitido ajustar la cronología fundacional de la ciudad y, aunque el yacimiento del Rectorado no es el más antiguo de época fenicia en la provincia, sí es el vestigio más remoto de la ciudad tal y como la conocemos hoy . José Suárez ha explicado a ABC que «La Rebanadilla -en el aeropuerto-, se fundó a finales del siglo noveno y es uno de los asentamientos más antiguos de la Península. Después se creó el Cerro del Villar, a principios del siglo octavo, que acabó cediendo el protagonismo a 'Malaka'».
Según el profesor, pese a ser anteriores, ninguno de estos enclaves «llegó a tener la entidad» que tuvo «Malaka» , que es el asentamiento que ha llegado hasta nuestros días. Precisamente, la propia toponimia del lugar -transformada ligeramente en época romana y medieval- es la máxima garantía de que siempre fue habitada. De «Malaka» a Málaga.
Los investigadores han trabajado conjuntamente con un laboratorio americano para los análisis de fecha de carbono 14 y junto a la cerámica fenicia han hallado fragmentos de un ánfora griega que han permitido reafirmar este ajuste de la cronología, puesto que los fenicios importaban aceite del Mediterráneo central.
El rastro de la comida
El estudio ha revelado información relevante sobre las tradiciones gastronómicas de la época. «Un ejemplo claro es una olla hecha a mano que hemos encontrado. En el mundo fenicio, normalmente, las vasijas se elaboraban a torno, lo que nos demuestra que incorporaron a su comunidad personas procedentes de las poblaciones autóctonas coetáneas, en particular, mujeres, que eran las que en este periodo estaban más vinculadas a las actividades domésticas», afirma Suárez.
La gastronomía es -según el investigador- una de las tradiciones que mejor se mantienen con el paso del tiempo , por lo que seguir el rastro de la cocina es una buena fórmula para identificar la hibridación de comunidades.
«La cronología fundacional de la Malaka fenicia: investigaciones en el solar del Rectorado de la Universidad de Málaga» ha sido publicado en la Revista de Prehistoria y Arqueología «SPAL» y junto a Suárez han colaborado el profesor del Departamento de Ciencias Históricas de la UMA Bartolomé Mora, el arqueólogo del Consejo Insular de Ibiza, Joan Ramón Torres, y las arqueólogas encargadas de las primeras excavaciones del Rectorado, Leticia Salvago y Cristina Chacón.
Los trabajos forman parte de las actividades arqueológicas preventivas que han de desarrollarse por la exposición de los yacimientos al desarrollo urbanístico . En este caso, del casco histórico de Málaga.
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