Turismo
Esther Molina, gerente de Suncruise: «Andalucía es clave para abrir nuevas rutas de cruceros»
Málaga acoge el segundo Congreso Internacional Turismo de Cruceros de Andalucía, tras la primera experiencia en Sevilla

Esther Molina es gerente de Suncruise Andalucía, asociación que vincula a los puertos andaluces y los conecta con las navieras y demás agentes del sector para poder así mejorar su oferta, con el turismo de cruceros como gran horizonte y ya realidad. Se trata de ... una iniciativa única en Europa que ya está dando sus frutos para poner a estos recintos «en el lugar donde merecen». Molina es también la principal ideóloga del Congreso Internacional de Turismo de Cruceros de Andalucía , que celebra estos días su segunda edición en Málaga.
¿Que puede suponer Andalucía para la industria de los cruceros?
Andalucía está por descubrir. Tiene una potencialidad de crecimiento enorme. Las navieras necesitan nuevos puertos y abrir más caminos que el propio Mediterráneo, que está muy trillado. Los puertos andaluces son imprescindibles para abrir otro tipo de experiencias y de rutas hacia Portugal o África. Nuestros puertos aportan un valor diferencial en sus itinerarios.
¿Y al revés?
Esta industria es el 30 por ciento de lo que aporta el sector turístico al PIB de Andalucía, de forma directa o indirecta. Hay que pensar que un crucero no es un barco que llega y del que se baja gente, sino una economía con artistas, músicos, catering, transporte, logística, tiendas, museos, tradición… Aporta economía y pone el dinero a circular, porque si gastas genera un circuito que hace que otro gane y gaste a la vez.
Estamos en plena temporada, la primera además después del parón que ha supuesto la pandemia. ¿Cómo va Andalucía con respecto a otros destinos que siempre han sido más pujantes, como Barcelona?
Málaga y Cádiz, que se reparten el 90 por ciento de los cruceros de Andalucía al 50 por ciento cada una, sólo han recibido este año una escala menos que Barcelona. Andalucía está creciendo, mientras Barcelona está teniendo complicaciones. Es un destino maravilloso, pero el apoyo con el que contamos aquí de la Junta de Andalucía y de los gobiernos locales, en Cataluña no pueden decir que lo tengan.
«En este inicio de temporada sólo hemos tenido una escala menos que Barcelona»
Ahora que vuelven a llenarse las calles de cruceristas hay quien dice que se siente otra vez incómodo en su propia ciudad…
¿Qué ha pasado cuando no han estado? El comentario ha sido que los necesitábamos. Cuando todo funciona tendemos a quejarnos, pero cuando deja de funcionar lo echamos de menos. Las ciudades están preparadas para influir en el flujo de visitantes. Hay sistemas de inteligencia suficientes para gestionar esto, pero a la vez hay que diversificar la oferta. Aun así, el crucerista está cambiando. Ahora se prefieren grupos más pequeños y ofertas personalizadas, antes que los grandes grupos en comandita detrás de una bandera.
¿Cómo deben adaptarse las ciudades?
Andalucía lo está haciendo bien. Las ciudades tienen que mejorar en accesibilidad, no sólo para minusvalías, sino en herramientas que nos permitan conectarnos con la ciudad con información, datos previos que permitan conocer el destino para que los visitantes empaticen.
Y eso en una sociedad en la que suben la electricidad, el combustible y hasta el pan…
Eso lo sufrirán los cruceros y todo el consumo. Es un riesgo para las empresas que tienen que venir a hacer cruceros. Habrá que evaluarlos y reajustar. Sufrirá todo el turismo, porque la industria del ocio es la más sensible, ya que primero hay que comer y luego, con lo que sobra, vemos qué hacemos.
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