Inversiones
De la Expo 2027 al tercer hospital o recuperar el río Guadalmedina: así se vende Málaga ante los inversores
La capital de la Costa del Sol tiene sobre la mesa casi un centenar de proyectos para impulsar su desarrollo y consolidarse como destino estratégico para vivir, trabajar y disfrutar

Pocos se imaginaban hace dos décadas el salto cualitativo a nivel turístico, urbanístico, tecnológico y cultural que le estaría reservado a Málaga . Una ciudad a la que muchos llegan y de la que muy pocos se quieren marchar. Para comprobarlo solo hay que ... darse ahora, casi superada la pandemia, un paseo por la capital, muy distinta a aquella urbe que a mediados del siglo pasado aún añoraba el esplendor de su etapa industrial. Hoy pocas miradas se echan atrás. El objetivo es seguir creciendo y las administraciones lo saben. De ahí que la ciudad haya puesto en la casilla de salida casi un centenar de proyectos para promocionarse entre los inversores y consolidarse como el mejor destino del país para vivir, trabajar y disfrutar.
La e xposición internacional del año 2027, la construcción del tercer hospital o la recuperación del cauce del río Guadalmedina son tres de estas iniciativas con las que se pretende que la ciudad seduzca aún más de lo que ya lo hace. Pero el atractivo de la Málaga de hoy no es cosa del azar, sino de una estrategia transversal que hace años que empezó a fraguarse y cuya continua adaptación le permite mantener posiciones.
Cualquier momento es clave para vender Málaga. Sino que se lo digan a su alcalde, Francisco de la Torre . «Aquí hay un museo muy bonito, ¿lo conocen?», le espetó el pasado sábado a varios grupos de foráneos en la salida de una de las cofradías que participaron en la procesión magna. Ni el ruido de los tambores ni el bullicio del momento le impidió dejar pasar la oportunidad. Si aquel día fueron turistas, el pasado jueves hizo lo propio con empresarios y representantes públicos en el marco del Salón Inmobiliario SIMED, a quienes presentó la hoja de ruta que el Consistorio se ha marcado hasta 2030.
El plan incluye iniciativas en una docena de áreas, con proyectos de ciudad; movilidad; medio ambiente; infraestructuras; urbanismo y equipamientos; energía; innovación y digitalización; vivienda y rehabilitación; cultura y deporte; del ámbito social y sanitario; formación y emprendimiento; y comercio, turismo y congresos. Algunos ya están en desarrollo y otros se encuentran en fase de estudio, pero en cualquier caso mantienen la ciudad en el candelero y promueven el interés de unos inversores que ya tienen precedentes de éxito a los que mirar en casi todos los sectores.
La radiografía de la Málaga actual tendría poco crédito si no se situase al turismo como punta de lanza de su transformación. La ciudad cerró 2019, el año previo a la pandemia, con 1,4 millones de viajeros alojados en sus hoteles. Una cifra que no sólo espera recuperar, sino superar con creces. Sólo en octubre abrieron sus puertas en pleno corazón de la ciudad dos hoteles de cuatro y cinco estrellas, gracias a los cuales se ha recuperado además uno de los edificios más emblemáticos del centro.

Es un aperitivo del interés en auge de las compañías hoteleras por ganar presencia en la capital de la Costa del Sol. Y es que de aquí a tres años está previsto que cuente con hasta diez establecimientos de la máxima categoría . Muchos de ellos ubicados en un centro histórico que ampliará sus márgenes a un lado y a otro y sumará nuevas zonas peatonales.
Es innegable que a favor de ese atractivo turístico ha jugado un gran papel la conversión de la urbe de un destino limitado al sol y playa al principal foco cultural de Andalucía. Con más de una treintena de museos en la actualidad, Málaga tiene proyectadas actuaciones por valor de más de 70 millones de euros para integrar restos patrimoniales y recuperar edificios como nuevos equipamientos culturales, desde la antigua cárcel de Cruz de Humilladero a los conventos de San Agustín y la Trinidad.
El talón de Aquiles de la ciudad es sin duda el déficit de oficinas , aunque el Ayuntamiento ya susurra a los inversores el suelo disponible para desarrollo empresarial: un millón de metros cuadrados de techo para oficinas y nueve millones de superficie para uso logístico.
Al margen de esto, puede presumir de un parque tecnológico (Málaga Tech Park) que se consolida como polo de atracción de grandes empresas de capital nacional y extranjero y sirve de efecto llamada para que aterricen en compañías como Google , que abrirá un centro de investigación y formación en ciberseguridad con vistas al también renovado y moderno Muelle Uno. Con todo ello, los escépticos aún cuestionan que Málaga pueda ser la nueva Barcelona
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